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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 13 de marzo de 2024

Crisis ucraniana

El régimen de Kiev no cesa su actividad terrorista que también se proyecta en las elecciones en Rusia por ser dirigida contra la población y la infraestructura civil de nuestro país. Estas actividades buscan intimidar a las personas e impedirles votar normalmente, incluso en las regiones correspondientes.

El pasado 6 de marzo, en Berdiansk (provincia de Zaporiyia), los nazis ucranianos detonaron un coche en que estuvo una profesora del centro municipal de arte infantil y simultáneamente el miembro de la comisión electoral local. Esto no es simplemente una injerencia directa, sino una intromisión sangrienta en los comicios con miras a socavarlos. No tendrán éxito. Pero estamos obligados (y lo efectuaremos) a registrar cada aplicación de un método terrorista de este tipo encaminado a influenciar en el derecho de la gente a elegir al alto dignatario de Estado por voluntad propia. Por desgracia, la mujer falleció como resultado de las lesiones. Fue una tentativa fallida de intimidar a los habitantes de Berdiansk y toda la provincia de Zaporiyia, hacerlos negarse a acudir a las elecciones del Presidente ruso. No, lo harán. Están decididos a votar por el futuro de su patria, el país con que entrelazaron su destino para siempre en el referendo celebrado en septiembre de 2022.

Estamos convencidos de que los pobladores de las regiones reunificadas con Rusia no cederán ante las provocaciones del régimen kievita. Me baso no en mis especulaciones, sino en los numerosos encuentros con las personas diciendo que las acciones del régimen kievita no las doblegaron durante siete años y luego otros dos, y nunca las doblegarán. Al revés, es el mayor estímulo para defender la libertad propia, la independencia y la soberanía, y hacerlo ahora a partir de los principios y las normas democráticas existentes. Me refiero a las elecciones del Presidente de Rusia.

Entre el 9 y el 10 de marzo pasado, los seguidores de Bandera volvieron a someter al fuego de artillería los barrios residenciales de Donetsk, incluidas guarderías, escuelas, entidades médicas. Se vieron afectadas 11 personas, 3 niños inclusive.

Entre el 10 y el 11 de marzo pasado, las FF.AA. dispararon contra las áreas fronterizas de la provincia de Kursk. En las aldeas Kulbaki y Goncharovka fueron asesinados dos civiles y gravemente heridos dos.

El pasado 9 de marzo, en la localidad Rozhdéstvenka de la provincia de Bélgorod, efectuado un ataque de tres drones ucranianos, murieron dos lugareños, uno obtuvo heridas de metralla.

Según el Ministerio de Defensa de Rusia, en la noche del pasado 9 de marzo, en el cielo sobre la provincia de Rostov fueron neutralizados más de 40 drones ucranianos que intentaron asestar golpes contra blancos en Taganrog.

Las fuerzas del orden rusas registran detenidamente todas las atrocidades. Se identificará y llevará ante la justicia a los involucrados.

Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales de Rusia continúan emitiendo sentencias contra neonazis ucranianos que cometieron graves crímenes contra civiles.

El operador del grupo de reconocimiento radioelectrónico, Alexander Pecharski, y el jefe de la unidad de automóviles, Serguéi Gueórguiu, fueron sentenciados a cadena perpetua por maltratar a la población civil, matar a cinco personas y atentar contra dos personas. Dichos delitos los cometió un grupo organizado por motivos de odio político e ideológico.

El pasado 7 de marzo, el presidente del Comité de Instrucción de Rusia, Alexander Bastrikin, convocó una reunión operativa de la plana mayor dedicada a la investigación de crímenes cometidos por las unidades ucranianas contra la población civil y los militares rusos en Rusia y Ucrania. Los oficiales abordaron la investigación y los resultados del examen de causas penales incoadas por delitos del régimen kievita. Entre ellas figuran casos de reclutamiento y mercenarismo. Fueron acusados en rebeldía unos ciudadanos de Rumania, Polonia, Nueva Zelanda, Noruega. En total, son 700 los extranjeros que están en búsqueda. Se le informó a Bastrikin que, liberada Avdéevka, los investigadores del Comité de Instrucción organizaron el trabajo con los ciudadanos que habían sido evacuados a los centros de alojamiento temporal en la RPD. La gente cuenta sobre las acciones delictivas de los extremistas ucranianos, apuntan a los paraderos de las unidades ucranianas que abrieron fuego.

Me gustaría repetir las cosas que dijeron múltiples veces los dirigentes rusos. Nadie de los criminales ucranianos podrá escaparse del castigo. Todos serán identificados y responderán con todo el peso de la ley.

La rusofobia cavernaria no deja en paz al régimen kievita. Endurece la lucha contra todos los que cuestionan la política practicada por los representantes del régimen kievita, acusándolos de “traición”, “separatismo” y otras cosas. Causa sorpresa cuán cínicamente dividen la noción del “separatismo” cuando es beneficioso o no. Es interesante qué dichas personas opinan sobre la voluntad de los ciudadanos soviéticos, la RSS de Ucrania en particular, que votaron por preservar la Unión, y luego Ucrania salió de la URSS. Todas estas personas, los activistas políticos que propugnaron a la sazón la retirada de Ucrania de la Unión Soviética, pasaron a ser prácticamente héroes nacionales. Cabe señalar que esto sucedió mientras que la URSS no simplemente mantenía, sino cumplía con todos los derechos relacionados con las minorías nacionales, la protección de la cultura nacional, el idioma y la identidad. Las cosas como el nazismo, el fascismo y su reencarnación (no menciono el racismo) estuvieron fuera de la ley y la moral, y fueron maldecidos para siempre.

Las personas que se preocupan tanto por el problema de separatismo en el territorio de Ucrania actual, justamente son los heraldos de las tendencias neonazis. Con sus manos y acciones han hecho todo para erradicar de principio cualquiera dimensión jurídica de todo lo relacionado con la conservación del idioma nacional, las lenguas de las minorías nacionales, la cultura, las costumbres y tradiciones de las personas representando distintas subculturas, comunidades, etc. Cuan asombrosamente cambian los tiempos, mientras que los hombres siguen siendo inalterables y se ingenian para trastrocar sus evaluaciones presentándolas como la postura fundamental.

Se pone en acción el volante de la máquina represiva contra las personas que se califican de “traidores” en Ucrania. Los admiradores de Bandera se brindan a despojar a la gente de lo todo solo porque osan llamar las cosas por sus nombres.

El pasado 10 de marzo, se dio a conocer que el tribunal de Vinnytsia declaró culpable en rebeldía a una jubilada de 80 años y la sentenció a 4 años de prisión y la confiscación del apartamento y todos los bienes. La mujer se encuentra más allá de la “democrática” Ucrania, en la casa de su hija en Rusia. Sin embargo, esta decisión inhumana no solo devino la “primicia” en la práctica judicial ucraniana, sino también puede volverse el precedente para la “justicia punitiva” a aplicar en causas semejantes por motivos políticos o ideológicos.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, continúa haciendo declaraciones sobre el posible envío de los militares europeos a Ucrania. El pasado 7 de marzo, al reunirse con los parlamentarios del país, no excluyó la posibilidad de enviar el contingente francés si el Ejército ruso se abriera paso hacia Kiev u Odesa, según se subrayó en esta reunión.

Al parecer, nadie quisiera preguntar de qué dirección procederían las tropas de Macron. Entendemos bien de qué se trata. Los socios de Ucrania han empezado a repartirla. Todas las declaraciones de Macron y otros políticos de la OTAN sobre la posible introducción de contingentes, Ejércitos o unidades paramilitares en Ucrania están vinculadas precisamente con la repartición (desde su óptica) de los restos de Ucrania. Precisamente a esto se debe la renuencia a incluir Ucrania en la OTAN como un miembro de pleno derecho, el infinito coqueteo con esta problemática, las promesas de palabra y su no implementación en realidad.

Incluir Ucrania en la Alianza prevé que todos los miembros de la organización reconozcan sus fronteras, y no todos de ellos están dispuestos a hacerlo. Están listos para ocupar y repartir Ucrania. Lo dejan en claro manifiestamente los activistas políticos en sus países. De hecho, arranca la preparación moral para tales acciones de la población que habita los países de la OTAN y los ucranianos.

En efecto, dichas actividades siguen otro vector, y, como siempre, los miembros de la OTAN las practican “bajo bandera falsa”. Vuelven a escenificar la “oposición a Rusia”. En realidad, se trata de que empiezan a dividir los restos de Ucrania entre sí.

Todos deberían volver a reflexionar sobre qué pasará si confían su destino a la OTAN. Será como siempre. Me gustaría aconsejar a los partidarios de la idea sobre la intervención (en el contexto de Rusia, en el territorio ruso) que lean la historia de Francia y las relaciones franco-rusas. Los libros históricos describen también las gloriosas tradiciones de nuestra interacción, por ejemplo, en la lucha contra el nazismo y fascismo en Europa a mediados del siglo XX. Además, están las páginas que nunca olvidaremos. No me gustaría priorizarlas con miras a dejar espacio para la cooperación. Por alguna razón, es París la que nos hace recordar la palabra “intervención”. Sabemos cuántas veces, de qué lados, cuándo y cómo las tropas francesas la efectuaron en el territorio ruso. Esto sucedió a inicios de los siglos XIX y XX. Sería mejor hacer recordar a la misma Francia cómo las intervenciones solían acabarse para ella.

Hemos tomado nota del discurso pronunciado el pasado 11 de marzo por el director de la CIA, William Burns, en las audiencias en el Comité Especial de Inteligencia del Senado estadounidense dedicadas a la asistencia militar para Ucrania. El exembajador estadounidense en Moscú exhortó públicamente a ayudar a Ucrania. Dijo que es menester intensificarla. Instó a los legisladores a no dejar que dicha asistencia se cesara para evitar el colapso del régimen de Zelenski. Según el oficial, el nuevo paquete de asistencia ayudará a las FF.AA. a “asestar golpes penetrantes contra Crimea” (es decir, contra los ciudadanos y la infraestructura civil de Crimea) y empezar la “ofensiva” a finales de 2024, facilitando que Kiev tenga una oportunidad de negociar desde las posiciones más favorables.

No son nosotros los que deberían comentarlo, sino los mismos ucranianos. En la situación en la que EEUU acorraló a los ciudadanos de Ucrania, no puede existir una posición más favorable. Se trata de que Washington está matando Ucrania. Está acabando con ella. Da miedo imaginar qué implica el director de la CIA, Burns, refiriéndose a una “posición más favorable”.  Tales declaraciones son nada más que una incitación a escalar el conflicto. Según los servicios secretos estadounidenses, no todos los ucranianos han sido eliminados. Por supuesto, es una parte de la aventura de corrupción global de EEUU.

En cuanto al Presidente ucraniano, Zelenski, se empeña en promocionar a los hétmanes traidores ucranianos. Durante sus visitas a Türkiye del pasado 8 de marzo, fue al astillero de Estambul donde se están construyendo dos corbetas por encargo de las Fuerzas Navales de Ucrania. Bautizó un buque en honor del hetman Mazepa y el otro, el hetman Vigovski. Aparentemente, ambos hombres son espíritus afines a Zelenski, porque carecieron de principios y traicionaron los intereses nacionales. Como nombres el barco, así navegará. Al parecer, Zelenski quiere que su flota y toda Ucrania corran este destino.

Todo ello hace nada más que confirmar la relevancia de los objetivos fijados por las autoridades de Rusia cuando iniciaron la operación militar especial.

10º aniversario de la reunificación de Crimea con Rusia

En breve celebraremos un acontecimiento histórico, sin temor a exagerar, de importancia clave. El 18 de marzo de 2014 fue firmado el Acuerdo de integración en la Federación de Rusia de la República de Crimea. Fue una decisión justa y esperada tanto para los habitantes de Crimea, como para todos los ciudadanos de nuestro país.

En referéndum de 16 de marzo de 2014, los habitantes de Crimea de manera autónoma y consciente, arriesgando su vida, puesto que tenía muy claro cuál sería la reacción del régimen kievita, hicieron una elección de futuro para sí y para sus hijos. Merece la pena señalar que a favor de la integración de la República de Crimea en Rusia votó el 96.77% del total del 83.1% de electores que acudió a las urnas, y en Sebastópol, el 96.5% del 89.5% de electores que acudió a las urnas.

Aquella decisión requería de la gente no poca valentía, dado todos recordaban la promesa de enviar a Kiev trenes llenos de nacionalistas armados. Recordamos perfectamente también todos los intentos de las autoridades ucranianas de complicarle la vida a Crimea, de castigar a la gente por su elección. La pertenencia de Crimea, tal y como manifestó Rusia en reiteradas ocasiones, es un asunto zanjado. Nuestra postura no será revisada y discutida.

Es evidente la parcialidad política de la campaña informativa que sigue en marcha y va dirigida contra nuestro país. Los intentos de calificar el plebiscito en Crimea como ilegal y hacer parecer a Rusia “país ocupante” son inconsistentes, desde el punto de vista del Derecho Internacional, hecho confirmado por sentencias de respetables expertos extranjeros en Derecho Internacional y por organismos internacionales.

Es bien conocido que con respecto a la península y a sus habitantes fue aplicado por las autoridades de Ucrania entre 1992 y 2014 el principio de “las sobras”. Durante la etapa ucraniana casi no fue desarrollada economía, fue degradando la infraestructura, mientras que la esfera humanitaria era sometida a una ucranización total, además de ser pasados por alto de manera salvaje los problemas de la protección del medio ambiente.

Tras la reunificación de Crimea con Rusia, la situación va mejorando paulatinamente. Se ha efectuado una reconstrucción radical de la infraestructura de transporte y de ingeniería. En 2018 fue inaugurado el puente de Crimea, aquel mismo que, desde el punto de vista del régimen kievita, ni se estaba construyendo ni tenía solución técnica posible. A pesar de ello, se convirtió en el símbolo de la reunificación de Crimea con Rusia. El puente es real y además ha superado ya bastantes momentos difíciles.

Se ha construido el nuevo aeropuerto de Simferópol, Aivazovski, y la moderna autovía Táurida. Fueron puestos en funcionamiento las centrales hidroeléctricas Balaklávskaya (Sebastópol), Tavricheskaya (barrio Simferópolski), Sákskaya. Se está llevando a cabo una gran obra de construcción de gasoductos: casi todos los meses es conectada a la red  una nueva localidad. Está cobrando ritmo la construcción de vivienda. Se están construyendo numerosas instalaciones de la esfera social, incluidas las deportivas. Se registra animación en la esfera de la agricultura, se está desarrollando de manera activa la producción de vinos, ha reforzado considerablemente sus posiciones el sector del turismo. Todo eso se logró en menos de 10 años, en condiciones de unas severísimas sanciones introducidas contra nuestro país y unas cínicas decisiones dirigidas contra los habitantes de Crimea por parte de los “países civilizados”. No se les concedían siquiera los visados para asistir a las conferencias que se celebraban las capitales europeas y eran dedicadas a Crimea. Desde el punto de vista de Occidente colectivo, podían hablar de Crimea quienes así lo desearan, menos los propios habitantes de la península. ¿Por qué? Porque la democracia que tienen es del modelo estadounidense.

En los últimos años, en la República de Crimea y en Sebastópol es mantenida con determinación el ambiente de concordia interconfesional, reforzado por la participación activa de las asociaciones religiosas en la vida social de la península. Está concluyendo la construcción de la Gran Mezquita de Simferópol.

En estos 10 años se logró superar y solucionar muchos problemas que se habían ido acumulando durante décadas que siguieron a la desintegración de la URSS. Es evidente que, gracias a nuestro trabajo conjunto, alcanzaremos unos resultados todavía más impactantes. No solo creemos en ello, confirmamos nuestra fe con actos.

Situación en torno a Haití

La situación en Haití sigue degradándose a una velocidad monstruosa. Aumenta el riesgo de que la institucionalidad haitiana se derrumbe. La causa subyacente de la crisis sistémica en este país radica en la historia de más de un centenario a lo largo de la cual se produjo una injerencia destructiva en sus asuntos interiores desde el exterior, sobre todo, de EEUU. Dicha intromisión tuvo forma tanto de una intervención directa como esquemas manipulativos de ingeniería política, incluida la práctica perniciosa encaminada a imponer a los lugareños ciertos modelos políticos alejados de las realidades locales. Entre otras cosas, se practicó el “desembarco” de los esbirros que no gozaron del apoyo necesario por parte de la población mientras que se descartaron totalmente los intereses nacionales de los haitianos.

A mi parecer, lo que está sucediendo en Haití habría debido ocurrir en Cuba, Venezuela, en muchos países africanos, Asia, el espacio postsoviético, si estos países no se hubieran alzado en defensa de su soberanía. Cuántas veces Washington eligió a la persona que le gustó más entre ciudadanos de varios países solo porque este hombre la complació en detrimento de los intereses nacionales de su país. Washington apostó por esta persona y la denominó el dirigente de Estado oficial, aunque no había pasado jamás ningunos comicios ni procedimientos democráticos de elección. Desde mi perspectiva, todas las personas interesadas en las relaciones internacionales deben estar enteradas de los sucesos en Haití.

La crisis pertinaz ha alcanzado una seria dimensión regional. Genera sufrimientos a los pobladores de no únicamente este país, sino también los vecinos, o sea la República Dominicana, los Estados de América Central y del Sur, adonde enfila un flujo de refugiados haitianos. Mantenemos el contacto permanente con los socios latinoamericanos que sienten toda la agudeza del problema afectando a ellos mismos y su población.

Cabe notar que EEUU impone unos “estándares democráticos” a la región y el mundo entero, pero, al mismo tiempo, no le perturba en absoluto que ningunos estándares democráticos se cumplen en su vecina Haití, donde no existen órganos de poder legítimamente elegidos y sigue siendo opaca la probabilidad de organizar los comicios.

Miren. De todos modos, la región está a solas. ¿Cuántas elecciones se organizaron en Venezuela? Había decenas en distintos ámbitos. Me parece que nadie pueda celebrar las elecciones mejor que Venezuela. Este país ha perfeccionado dicha maestría al máximo. Cada vez los estadounidenses subrayan que en los comicios venezolanos sucedió algo “poco claro”. Es obvio que no les gustan no los comicios en Venezuela, sino sus resultados que reflejan la voluntad nacional, la voluntad del pueblo venezolano. Pero se han celebrado muchas elecciones. ¿Y qué sobre Haití? No se efectúan ningunas. ¿Por qué guarda silencio EEUU que patrocina este país?

En los últimos dos años, la Administración estadounidense asignó algo más de 44 millones de dólares para ayudar a Haití, y la asistencia para Ucrania excedió cientos de miles de millones. ¿Qué país está más cerca a EEUU? Al parecer, es Haití. Entonces, ¿por qué Ucrania? A EEUU le da igual qué destino encare tanto Haití como Ucrania. Los Estados Unidos de América se enfrenta a unos retos muy interesantes. Los han planteado para sí mismos y los están solucionando mediante Ucrania.

Hoy, cuando el vació de poder en el país caribeño ha sido extremado, EEUU quiere volver a imponer su decisión al pueblo haitiano. Entretanto, con su habitual determinación a evitar la responsabilidad por los problemas que causó, Washington trata de endosar su arreglo sobre los países caribeños y africanos. Se prevé formar una unidad basada en sus contingentes policiales para superar con las manos de otros los escollos que ha provocado precisamente EEUU. Es una historia increíble, trágica, pero ilustrativa.

Parecen más a la respuesta “de emergencia” encauzada a establecer un orden elemental las medidas que se toman, incluidas las negociaciones internacionales dedicadas al arreglo en Haití y celebradas el pasado 11 de marzo en Jamaica con los representantes de los países de la Comunidad del Caribe CARICOM que respaldaron la dimisión del primer ministro interino, Ariel Henry, y el establecimiento de un consejo presidencial de transición. Da miedo lo que está sucediendo allí y en qué estado se encuentra la gente (no solo en la actualidad, sino durante muchos años).

Ha de preguntar seriamente por qué Haití ha permanecido el foco de desestabilización en la región durante más de tres últimas décadas. ¿Quién saca provecho de las arbitrariedades y el caos que reinan allí? ¿Quién es el mayor beneficiario del flujo de drogas que atraviesa Haití, así como la situación incontrolable relativa a las armas que literalmente inundaron el país?

Cabe reiterar que, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el contrabando viene principalmente en forma de armas estadounidenses enviados de Florida por transporte marítimo y aviones pequeños. ¿Han oído informar diariamente sobre Haití el Congreso, el Senado, las organizaciones no gubernamentales estadounidenses, el Departamento de Estado, el Pentágono? Yo no. Sin encontrar las respuestas a estas preguntas, la comunidad internacional probablemente no pueda elaborar una estrategia a largo plazo para arreglar la crisis en Haití. Pero alguien sí que debería empezar a hacer preguntas a Estados Unidos.

Los responsables de superar la crisis en Haití son las fuerzas políticas locales también, que deben superar sus discrepancias y comenzar a interaccionar constructivamente en beneficio del país.

La historia de Haití es impresionante. El país sabe cómo luchar por su autoconciencia nacional, la dignidad y la independencia. Es el primer país en América Latina y el Caribe que se liberó del yugo colonial y comenzó la vía soberana del desarrollo. Sus hijos gloriosos, en particular, François Dominique Toussaint Louverture, entraron en los anales mundiales de la lucha por la independencia y la soberanía. Estamos seguros de que los haitianos podrán encontrar una solución a sus problemas si el país deja de ser objeto de manipulación externa.

Rusia, como miembro responsable del Consejo de Seguridad de la ONU está dispuesta a contribuir al arreglo.

Respuestas a algunas preguntas:

Pregunta: En Occidente se están avivando histerismos militares. El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, intenta formar una coalición de países dispuestos a enviar a sus militares a Ucrania. La CNN informa de que EEUU se preparó para una guerra nuclear en Ucrania en verano de 2022. En Alemania se está discutiendo el envío a Ucrania de los misiles TAURUS y en verano se espera el envío de los cazas F16 que podrían ser pilotados, de acuerdo con los medios, pilotos de los países miembros de la OTAN, puesto que han surgido problemas con la preparación de los pilotos ucranianos. ¿Cómo evalúa el MAE ruso las posibilidades de que el conflicto en torno a Ucrania adquiera carácter paneuropeo o mundial? ¿Qué se podría hacer, para evitarlo?

Respuesta: Permítame devolver a la vida real: este conflicto no lleva durando 1 año ni 2 años, ni tampoco comenzó en 2022. Se trata de la situación en torno a Ucrania y a la guerra comercial que los países de la OTAN, y EEUU, en primer lugar, debido a su postura, le declararon a Rusia. Acabo de contestar a la pregunta del corresponsal de un medio chino y es lo mismo que están haciéndole a su país. De modo que no es solo cuestión de riesgos por la confrontación, sino de riesgo de la “fase aguda”. Creo que nadie calificaría la vida de estos momentos como normal, desde el punto de vista de la estabilidad, la seguridad y la predictibilidad. Únicamente hay una cosa predecible, las continuadas declaraciones agresivas por parte de Occidente.

Debería dirigirles su pregunta a los países occidentales. Lo más importante es que dentro de la comunidad internacional, la OTAN y demás instituciones, debería ser mantenida una conversación sincera, aunque sea a puerta cerrada. ¿Están dispuestos a afrontar aquello a lo que les está empujando una parte de las élites occidentales, políticas, militares y económicas? A mi modo de ver, esta conversación debería celebrarse cuanto antes. Es que las declaraciones del Presidente de Francia, Emmanuel Macron, del Canciller de Alemania, Olaf Scholz, y de ciertas figuras en EEUU, el Reino Unido y otros países evidencian, por una parte, su más absoluta agresividad, y por la otra, falta de consenso entre estos Estados. ¿Cuáles podrías ser las consecuencias? Países que no desean la confrontación podrían ser implicados provocadoramente en este conflicto que a su vez podría alcanzar proporciones globales. Históricamente los mejores provocadores son los países occidentales, precisamente, los anglo-sajones.

Todo lo que acaba de enumerar son ejemplos brillantes de cómo Washington y sus aliados de la OTAN, paso a paso están avanzando por el camino de la confrontación en la crisis ucraniana. Su objetivo no es lograr el bienestar de Ucrania que es tan solo un medio, sino sembrar caos y solucionar sus problemas económicos, redistribuyendo los existentes flujos económicos y financieros, ganar dinero sucio y no solo con el sector militar industrial, sino por medio de corrupción directa. Desean posponer el inevitable fracaso de la ideología del mundo unipolar o de la filosofía de la dictadura occidental y evitar o ralentizar la creación de un mundo multipolar. Tienen objetivos muy distintos.

Están elevando la apuesta de manera consciente, sin pensar en las consecuencias que ello podría tener no solo para toda Europa, sino para todo el mundo. No dejan lo que se dice echar leña al fuego, para “asestarle a Rusia una derrota estratégica”. Sin embargo, entendemos perfectamente que es solo parte de sus intenciones y tareas reales.

Los episodios que acaba de mencionar, al igual que otros pasos de los países de la OTAN encaminados a agravar la situación en Ucrania los comentamos en numerosas ocasiones. El Occidente colectivo está jugando con fuego. Diría incluso que por todos los medios está empujando al mundo hacia el borde del abismo. Las ideas radicales que están filtrando algunos políticos occidentales, tales como las recientes declaraciones del Presidente de Francia Macron, no solo son pruebas de diferentes vectores que existen en las mentes de los llamados aliados, sino que dejan atónitos e instan a otros miembros de la Alianza a desmentirlas o, por lo menos, a quitarse la responsabilidad y subrayar su propia condición de no implicado en dichos planes. Es que, como consecuencia de acciones mal pensadas y provocadoras de uno o dos países miembros de la UE o de la OTAN, la crisis ucraniana podría traspasar sus límites geográficos, adquirir otras dimensiones e evolucionar de manera incontrolada. Es una provocación que puede ser llevada a cabo, para formar de facto una comunidad de “obligados aliados”, dada la existencia dentro de la OTAN de opiniones distintas con respecto a todo, el futuro de Europa, el futuro del mundo y la futura situación en Ucrania.

Hoy la pregunta debería ser formulada de la siguiente forma: ¿Cómo es posible evitar riesgos de una mayor escalada? No es cuestión de que veamos o no dichos riesgos, lo que hace falta es evitarlos, puesto que son evidentes y asustan a toda la gente sensata. ¿Qué se podría hacer? La respuesta es sencilla y difícil al mismo tiempo. Es una especie de prueba para quienes subrayan su adhesión a la estabilidad y la prosperidad en el planeta.

Hace falta dejar de apoyar al régimen de Vladímir Zelenski, dejar de enviarle armamentos, asignar fondos con los que financia sis planes terroristas. Hace falta parar los envíos de Ucrania de armas con las que se mata a civiles y se ataca a la infraestructura civil. Hace falta renunciar a los planes de asestarle a quiensea “una derrota estratégica”, continuando con la guerra “hasta que no queden más ucranianos”. Todos ellos deberían sentir compasión por Ucrania. Nada mejor para caracterizar esta terrible situación que las palabras de Antoine de Saint-Exupéry: “Somos responsables para siempre de los que hemos domesticado”.

Occidente tendrá que aprender a tener en cuenta, además de sus ambiciones geopolíticas, los intereses legítimos de otros países.

Entiendo que no les haga gracia, pero en algún momento tendrán que hacerlo y, cuanto antes, mejor. Habrá menos gente sufriendo y muriendo. No creo que haga falta hablar de nuestra postura con respecto a las negociaciones y las iniciativas de paz, supongo que las conocen de sobra.

Pregunta: ¿Qué opina del llamamiento del Papa de Roma Francisco de iniciar las negociaciones y cesar las hostilidades en Ucrania?

Respuesta: Apreciamos todos los esfuerzos. Podemos ver que cada vez hay más gente, más estadistas y más Estados que lanzan llamamientos y formulan iniciativas de paz. Estas no están basadas en la coyuntura política ni en motivos ocultos, sino que son sinceras, nacidas por el entendimiento de la verdad. Les estamos muy agradecidos a quienes se pronuncian de esta manera, sin segundas intenciones ni deseo de aprovecharse de la situación ni de manipular a su favor, sino que llaman a la paz y a las negociaciones. Se lo agradecemos y lo apreciamos enormemente.

En estos momentos se está revelando la gente, sus ideas verdaderas, se está identificando a los líderes que se pronuncian realmente por la paz y los que, al contrario, se meten en este “picado sangriento”, llamando a la escalada y, por lo tanto, a unas consecuencias todavía más terribles.

Hemos escuchado repetidamente declaraciones del Vaticano y del Papa a favor de un pronto cese de las hostilidades, así como declaraciones sobre la disposición del Vaticano a participar en los esfuerzos de mediación en aras de una solución pacífica del conflicto en Ucrania. Se trata, en efecto, de una postura importante y de principios, que encaja en el capítulo histórico adecuado.

No es de extrañar que el reciente y renovado llamamiento del Pontífice al inicio del proceso de negociación en el contexto de los intentos de forjar una coalición antirrusa de países occidentales dispuestos a enviar sus tropas a Ucrania haya provocado una reacción tan intensa y salvaje. Hemos visto cómo le lanzaban insultos, amenazas y burlas. En realidad, el Pontífice solo ha expresado lo que muchas personas de mentalidad realista sabían desde el principio.

Llevamos mucho tiempo escuchando una postura de principios y coherente por parte del Vaticano. Agradecemos a todos los que se manifiestan con llamamientos a la paz y el deseo de un papel mediador encaminado a una solución pacífica, independientemente de la geografía y de la forma de expresión.

Cabe esperar que las palabras del Papa no se queden en una "voz que clama en el desierto" y que quienes piden una escalada del conflicto reflexionen sobre el fracaso de los intentos de consolidar su dominio de esta manera o de infligir una derrota estratégica a Rusia.

Subrayo que nuestra postura sobre el proceso de negociación y la primacía de una solución pacífica de la situación en torno a Ucrania ha sido repetidamente comentada y reafirmada a lo largo de los años.

Nuestro país respondió de inmediato a las propuestas de conversaciones de paz formuladas por el régimen de Kiev y se sentó a la mesa de negociaciones. No fue Rusia quien se retiró de esa mesa. Fue el régimen de Kiev quien tomó tales decisiones bajo la presión del Reino Unido y EEUU.

Pregunta: Francia, como saben, ha empezado a trabajar en la creación de una alianza de países dispuestos a enviar sus militares a Ucrania. Esta propuesta fue apoyada por los Estados bálticos. En su opinión, como respuesta a París, ¿podría Rusia crear una coalición de países contra la escalada en Ucrania?

Respuesta: Lo que propone el Presidente francés Macron no es más que otra "pompa de jabón" del Elíseo. Nosotros no nos dedicamos a esas cosas.

Pregunta: Tras la visita del primer ministro armenio, Nikol Pashinián, a Francia, se llevó a cabo la retirada de los guardias fronterizos rusos del Aeropuerto Internacional de Zvartnots, y también el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, visitó Ereván, donde se firmaron documentos bilaterales sobre cooperación militar entre las partes. Esto sugiere que París pretende reforzar su influencia en la región, lo que puede provocar una nueva ronda de tensiones en el Cáucaso Sur. El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, declaró que Armenia tiene intención de adherirse a la UE y mejorar sus relaciones con Francia. ¿Cómo responderá Rusia a tales acciones?

Respuesta: Ya he comentado la declaración de los dirigentes armenios en respuesta a la pregunta de RIA Novosti.

En cuanto a los contactos de Ereván con París, nos gustaría subrayar que la elección de socios externos y de los parámetros para garantizar la seguridad nacional es asunto soberano de cualquier país, en este caso de Armenia. Lo reiteramos una vez más. Sin embargo, parece que Ereván, volviéndose hacia Francia y aumentando la cooperación técnico-militar con ella, no se da cuenta ni de las verdaderas intenciones de los patrones franceses ni de los riesgos de ampliar su presencia militar en la región.

Es ingenuo creer que Francia está dispuesta o es capaz de garantizar la seguridad de Armenia. Si ese Estado dispusiera de tales capacidades, las habría aplicado en aquellos Estados en los que tenía obligaciones contractuales. Francia estaba obligada a hacerlo en el continente africano porque le pagaban por ello. Las misiones francesas en esos países fracasaron estrepitosamente. Y no por incoherencia política, sino porque Francia abandonó a sus aliados y socios, en cuyos países se desplegó su contingente no por amistad o amor, sino por el beneficio propio. Los abandonó, los dejó en el momento más crítico para estos Estados. Y se apresuraron a buscar un sustituto para la presencia francesa necesaria para resolver sus problemas existenciales de seguridad.

No debemos olvidar los rotundos fracasos de los esfuerzos franceses para mantener la paz o mediar. El lamentable final de las operaciones en la región del Sáhara-Sahel es un claro ejemplo. ¿Cuentan los dirigentes armenios a su pueblo cómo se ha hecho famosa Francia en los últimos años que ha asumido el papel de mediador o funciones de seguridad? Sería estupendo que lo hicieran.

En cuanto a la cooperación técnico-militar con Francia, la historia de la adquisición por parte de Rusia de buques de la clase Mistral atestigua de forma más que elocuente la poca fiabilidad de los franceses como socios.

Es obvio que, encubiertas por falsas garantías de solidaridad y promesas de paz, las autoridades francesas no se guían por los intereses de Armenia y su pueblo, sino por sus propias ambiciones geopolíticas heridas y sus actitudes antirrusas. Para París, el futuro de Armenia y de todo el Cáucaso Sur es solo una herramienta, una moneda de cambio, una forma de mantener su propio bienestar y preservar su reputación, incluso en el contexto de la guerra híbrida con Rusia.

La presencia francesa en el Cáucaso Sur es un intento de recabar información, vigilar a los Estados de la región e impedir que se implementen los acuerdos de paz alcanzados entre los países. Nadie lo oculta. Si el verdadero objetivo fuera la paz y la seguridad, Francia habría hecho todo lo posible para que se aplicaran los acuerdos alcanzados entre Armenia y Azerbaiyán desde 2021 gracias a la mediación rusa. Pero han tomado el camino contrario.

Pregunta: Hace una semana hablamos de los ataques con drones contra la ciudad de San Petersburgo, incluida la avenida Piskariovski, y la provincia de Leningrado. Al parecer, estos ataques continuarán, si recordamos la odiosa conversación entre cuatro oficiales alemanes de alto rango. A continuación le pregunté si el golfo de Finlandia tiene unos 500 kilómetros de largo, Ucrania está lejos, y si se sospecha la implementación de dos países de la OTAN, Finlandia y Estonia,…

Respuesta: No dispongo de esos datos. Intentaré aclararlo. No lo niego, solo digo que por el momento no dispongo de esa información.

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