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Videomensaje del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a los participantes en la Conferencia de Moscú para No Proliferación

Estimados colegas,

Saludo a los participantes de la Conferencia de Moscú para No Proliferación, organizada por el Centro de Energía y Seguridad.

Su reunión se celebra en condiciones difíciles: la crisis del sistema de control de armas, desarme y no proliferación de armas nucleares refleja una degradación sin precedentes en el ámbito de seguridad internacional.

Hoy en día, EEUU y sus satélites de la OTAN siguen obsesionados con la idea de infligir a Rusia una "derrota estratégica" y están dispuestos a continuar disuadiendo a nuestro país hasta el "último ucraniano". Al mismo tiempo, los occidentales están peligrosamente al borde de un enfrentamiento militar directo entre potencias nucleares, lo que conllevará consecuencias catastróficas. Nos preocupa especialmente el hecho de que precisamente tres Estados nucleares occidentales están entre los principales patrocinadores del régimen criminal de Kiev, los principales instigadores de diversas provocaciones. Vemos en esto graves riesgos estratégicos que aumentan el peligro nuclear.

El "Occidente colectivo" encabezado por EEUU recurre cínicamente al desmantelamiento coherente de acuerdos equilibrados y equitativos que obstaculizaban a Washington, junto con la promoción de planes evidentemente "tramposos" que crean ventajas para EEUU. El objetivo es claro: lograr una superioridad militar unilateral imponiendo nuevas restricciones a los arsenales nucleares de los rivales, mientras se consolida la supremacía colectiva de Occidente en el ámbito de armas convencionales.

Buscando alcanzar la superioridad militar decisiva, Washington y sus aliados amplían una red de alianzas dirigidas contra terceros países. Realizan una serie de programas militares muy desestabilizadores, inclusive el desarrollo de un sistema global de defensa antimisiles en combinación con la acumulación de armas de alta precisión para asestar "golpes globales" presuntamente sin posibilidad de represalia, “decapitadores”; el despliegue avanzado de armas nucleares de EEUU en Europa y su desarrollo desestabilizador en el marco de las "misiones nucleares conjuntas de la OTAN", así como la preparación para el despliegue de armas en el espacio ultraterrestre y misiles terrestres de alcance medio y más corto en varias regiones del mundo.

La formación de la asociación AUKUS entre EEUU, Gran Bretaña y Australia, que cada vez más adquiere características de un bloque militar, suscita una gran preocupación, junto con el aumento de los gastos militares de los países de la OTAN y los aliados de EEUU, así como los planes para aumentar las capacidades nucleares de Gran Bretaña.

En el contexto de la guerra híbrida total que se lleva a cabo contra nosotros, no existe base alguna para el diálogo con EEUU sobre el control de armas y, en general, sobre la estabilidad estratégica. Este tema no puede ser "separado" artificialmente del general segmento internacional y considerarse de forma aislada de otros aspectos de las relaciones interestatales, como intentan presentarlo en Washington. La discusión sobre estos temas solo será posible después de que las autoridades estadounidenses renuncien a su rumbo hostil dirigido contra Rusia. Cualesquiera esfuerzos hipotéticos dirigidos a reducir el potencial bélico deben tener un carácter integral. Y su objetivo debe ser la eliminación del problema de expansión agresiva de la OTAN hacia el Este que es más importante para nosotros. Estos principios fundamentales no tienen alternativa para nosotros.

La subversión del sistema existente de control de armas y no proliferación nuclear tiene un impacto negativo en la estabilidad del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP). Los problemas relacionados con la implementación de las disposiciones del TNP no solo persisten, sino que también aumentan. Los recientes dos ciclos de revisión del Tratado terminaron con el bloqueo de los borradores de documentos finales. En el primer caso, lo hicieron EEUU, Canadá y Gran Bretaña, y en el segundo fuimos testigos de un "espectáculo" vergonzoso cuando los países del "Occidente colectivo" (incluidos los mencionados anteriormente) comenzaron a llenar los documentos con formulaciones que no tienen nada que ver con el TNP y que inevitablemente llevaron a su bloqueo.

El problema principal radica en que durante mucho tiempo los países occidentales aprovecharon el Tratado para realizar tareas políticas no relacionadas con la no proliferación nuclear. Es decir, el documento se usó como una herramienta para ejercer presión o intervención directa contra países "indeseables", para aumentar el control sobre los programas nucleares de Estados que no forman parte del bloque occidental. Estas acciones suscitan una reacción en forma de demandas exageradas en materia de desarme nuclear por parte de Estados no nucleares. También se puede mencionar las iniciativas de algunos Estados miembros de la OTAN que intentan, bajo el pretexto del desarme, aumentar el control sobre el arsenal nuclear de Rusia y China.

La situación en el ámbito de desarme nuclear no puede considerarse de forma aislada, separada de las realidades políticas, militares y estratégicas actuales. Especialmente porque el Artículo VI y el preámbulo del TNP enmarcan claramente este tema en el contexto del desarme general y completo. Estas tareas deben resolverse de manera integral, con los esfuerzos conjuntos de Estados nucleares y no nucleares, y sin "separar" artificialmente varios elementos de los respectivos compromisos a tenor del TNP.

Quisiera centrar la atención en la situación con el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés). En 1999, el Congreso de EEUU rechazó la ratificación del CTBT bajo pretextos infundados. Desde entonces, Washington no ha realizado ninguna acción en esta dirección. Consideramos que los argumentos de que el Congreso de EEUU no ratifica el Tratado son una excusa vacía. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que la élite política de EEUU no está interesada en el CTBT.

La retirada de la ratificación del tratado por parte de Rusia fue una respuesta lógica a las mencionadas acciones destructivas de EEUU y otros países occidentales. Sin embargo, seguimos siendo una parte de pleno derecho en el CTBT. Recientemente, hemos finalizado la creación de nuestro segmento del Sistema internacional de observación. Estamos dispuestos a volver a la cuestión de ratificación del tratado cuando EEUU lo haga.

Los intentos de los países occidentales de reformar la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) "según sus intereses egoístas" preocupan también. Esta organización internacional, que anteriormente tenía peso y fue puramente técnica, se ha convertido en un instrumento para satisfacer los intereses geopolíticos de los países occidentales en Oriente Próximo y fuera de esta región, tras "privatizar" la Secretaría Técnica de la OPAQ. El resultado de esta actividad destructiva fue una escisión en la OPAQ, la pérdida de su estatus independiente y de su reputación como foro de expertos comúnmente reconocido en el ámbito de desarme químico y no proliferación.

EEUU, con el apoyo de sus aliados, continúa una campaña propagandística para desacreditar las actividades de Rusia en el espacio ultraterrestre y nuestras iniciativas para prevenir una carrera armamentista en el espacio ultraterrestre. El objetivo es desviar la atención de la comunidad internacional de las amenazas reales en el espacio y lograr que se destinen recursos financieros adicionales para aumentar sus capacidades militares y espaciales nacionales. El grado de absurdidad de las noticias falsas antirrusas provenientes de Washington es excesivo. Han llegado incluso a acusar infundadamente a Rusia de una supuesta actividad relacionada con el "despliegue de armas nucleares" en el espacio ultraterrestre que representa una amenaza para la seguridad internacional,.

Estas invenciones no tienen nada que ver con la realidad. Rusia está fiel a sus compromisos en el ámbito de Derecho Internacional, inclusive al Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967. Abogamos constantemente por preservar el espacio ultraterrestre como un espacio exclusivamente para actividades pacíficas de todos los Estados en base de igualdad.

Nuestra prioridad sigue siendo la elaboración de un instrumento jurídicamente vinculante a nivel internacional que establezca garantías sólidas para prevenir el despliegue de armas en el espacio ultraterrestre, la amenaza o el uso de la fuerza contra objetos espaciales. Existe el fundamento: un proyecto del respectivo tratado presentado por Rusia y China en la Conferencia de Desarme.

En vista de que la actividad biológica militar de EEUU continúa en todo el mundo, en violación de la Convención para la Prohibición de las Armas Biológicas y Toxínicas (CABT), es de importancia vital que la comunidad internacional fortalezca la Convención, especialmente mediante la elaboración de un protocolo jurídicamente vinculante que establezca un mecanismo de verificación eficaz. Varias iniciativas rusas están dirigidas también para mejorar el régimen de la Convención. Esperamos alcanzar éxitos concretos en esta dirección como resultado de la actividad de un Grupo de trabajo establecido por la decisión de la IX Conferencia de Examen de la CABT.

Dado el continuo suministro masivo de armas y municiones al régimen de Kiev por parte de la OTAN y sus satélites, en violación de sus compromisos internacionales para el control de exportaciones de tecnologías y equipos militares asumidos anteriormente, damos gran importancia al control de las transferencias interestatales de armas convencionales. En este sentido, es importante que los países implementen de manera estricta a nivel nacional el Programa de Acción de las Naciones Unidas para prevenir y combatir el comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras, así como el Registro de Armas Convencionales de la ONU.

Estamos convencidos de que para prevenir una mayor reducción de la tensión en el mundo, mantener la estabilidad a largo plazo y formar una agenda de desarme que podría realizarse, se requieren esfuerzos conjuntos para construir una arquitectura de seguridad internacional renovada, basada en los principios de multilateralismo, igualdad e indivisibilidad. Solo de esta manera será posible reducir el nivel de conflictividad entre los Estados y conseguir avances reales en el control de armas.

Außenministerium der Russischen Föderation
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