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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 19 de junio de 2024

Crisis ucraniana

El régimen kievita sigue perpetrando ataques terroristas con tal de exterminar a la población civil y la infraestructura civil. Los objetos de su odio son mujeres, niños y ancianos. Los neonazis practican todas las cosas que hicieron sus ídolos del Tercer Reich. Sin embargo, a veces sus acciones superan en crueldad al período de la II Guerra Mundial, y nosotros la denominamos la Gran Guerra Patria.

El método favorito de los neonazis ucranianos se hizo disparar bárbaramente con diversos armamentos pesados contra barrios residenciales de nuestras ciudades y aldeas.

El pasado 14 de junio, se asestó un golpe horrible contra Shebékino, la provincia de Bélgorod. Al lanzar los extremistas de las FF.AA. misiles Tochka-U, colapsó la entrada de una casa de cinco pisos.

Me gustaría reiterar en qué pánico estuvieron y qué convulsiones sufrieron las autoridades del régimen kievita ante Piotr Poroshenko, y luego, durante el mandato de Zelenski, alegando que no tuvieran nada que ver con el Boeing malasio derribado sobre el territorio de Ucrania. Como si no pudieran hacerlo, no apuntaran y ni siquiera dispararan por accidente a objetivos civiles, un avión de pasajeros ni cualquier otro avión en el cielo.

Recordamos bien cómo fue derribado exactamente un avión civil durante los ejercicios de las FF.AA. ucranianas, cuando en Ucrania empezaba a formarse la “nueva democracia” y Leonid Kuchma estuvo en poder. En aquel entonces, Kiev dijo que fue un error. Se pagaron indemnizaciones. Las cosas no fueron más allá de esto, aunque habrían debido hacerlo.

El hecho de que precisamente la población civil y la infraestructura civil se sometan hoy a fuego de todo tipo de armamentos (creo que, ahora, no solo los profesionales saben qué es Tochka-U) prueba que el régimen kievita mintió cuando rechazó su involucramiento en el caso del Boeing malasio. Alegó que, básicamente, tal cosa fue inconcebible para el régimen kievita, no pudo participar en bombardeos contra la infraestructura civil ni el avión de pasajeros. No simplemente es capaz de perpetrarlo, sino que lo hace con sumo placer.

Arruinada la entrada de la casa de cinco pisos, murieron cinco personas y seis recibieron heridas. No se duda que fue otro ataque terrorista diseñado para intimidar a los civiles y sembrar pánico entre ellos.

Están también en la mira de las FF.AA. los periodistas rusos que cumplen abnegadamente su deber profesional y están listos para sacrificar su vida en aras de revelar la verdad al mundo. Las futuras generaciones aducirán esta verdad como las evidencias irrefutables de la naturaleza delictiva del régimen kievita y la abnegada lucha de nuestro país por el futuro de toda la humanidad.

En los últimos días, nuestro cuerpo de corresponsales volvió a sufrir bajas irreparables. El pasado 13 de junio, en Górlovka, la RPD, los neonazis del régimen kievita atacaron deliberadamente al equipo de filmación del canal NTV. El camarógrafo Valeri Kozhin murió, y el corresponsal Alexéi Ivliev recibió una grave lesión.

El pasado 16 de junio, tras un bombardeo cerca de Ugledar, la RPD, falleció el fotógrafo de la agencia News.ru, Nikita Tsitsagui.

Las fuerzas del orden rusas registran meticulosamente los crímenes perpetrados por los neonazis ucranianos. Las personas involucradas son identificadas y llevadas ante la justicia. Momentáneamente ofrecemos evaluaciones políticas y jurídicas internacionales a tales acontecimientos. Observamos el silencio sepulcral (en el sentido literal de la palabra) de las estructuras de referencia internacionales que son obligadas (son realmente obligadas a hacerlo, porque reciben salarios y presupuestos inmensos por esto) a presentar la calificación profesional de las arbitrariedades que se practican contra los medios en el territorio de Ucrania

Primeramente, pusimos la OSCE en el primer lugar. Luego, entendimos que EEUU, Gran Bretaña y, en efecto, toda la comunidad de la OTAN había bloqueado por completo el funcionamiento de dicha organización. La estructura sufre disfunción absoluta. No obstante, la UNESCO sigue operando. Es una parte de su mandato como organismo de la Organización de las Naciones Unidas reaccionar instantáneamente a todo lo relacionado con la seguridad de periodistas. Justamente la UNESCO ha pasado muchos años elaborando disposiciones, normas, criterios encauzados a garantizar la seguridad para las actividades profesionales de periodistas. La UNESCO organizó numerosos eventos relacionados con la libertad de expresión y la posibilidad de que los periodistas pudieran ejercer su labor por todo el globo, narrar al mundo sobre los hechos que ven, observan y analizan.

¿Y qué vemos? Bajo el liderazgo de la ciudadana de Francia, señora Audrey Azoulay, la UNESCO dejó de prestar atención a este tema en general. No obstante, ni la misma organización, ni Audrey Azoulay no tienen derecho a no hacerlo. Porque son justamente sus responsabilidades funcionales. Deberían recibir dinero por esto, ya que han fracasado igual que miserablemente en todos los demás asuntos.

Miren la “cultura de cancelación” que se extiende por el mundo, lo que pasa con las culturas de pueblos, las actividades cínicas que practica el Occidente colectivo para imponer sus valores y subcultura a la mayoría mundial. Pero queda un tema en que la UNESCO puede demostrar su autonomía. Se trata explícitamente de la libertad de expresión y la seguridad de periodistas. Sin embargo, a este respecto, la UNESCO tampoco puede decir nada.

¿Por qué? No es porque ha perdido una herramienta o recibe menos pagos al presupuesto. Y si alguien le paga menos, es justamente Estados Unidos, porque el país no puede saldar sus deudas. Está bloqueado el trabajo político de esta organización la que encabeza la ciudadana del país de la OTAN.

Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales de Rusia continúan emitiendo sentencias contra neonazis ucranianos que cometieron graves crímenes contra civiles.

Recibió en rebeldía la cadena perpetua uno de los jefes de la división de misiles antiaéreos y artillería perteneciente a la unidad militar 3057 de la Agrupación Oriental Operativa y Territorial de la Guardia Nacional de Ucrania (el batallón nazi Azov prohibido en Rusia), teniente Vasili Grib. Está declarado en búsqueda internacional. Los investigadores establecieron que, el 2 de marzo de 2022, en Mariúpol, ordenó abrir fuego contra un autobús con locales. En aquella situación murieron 4 personas. El sargento mayor, Maxim Kondrashev, que acató a esta orden, fue sentenciado a cadena perpetua también.

Otro uniformado de Azov de la misma unidad 3057, teniente L. Papzho, recibió en rebeldía 22 años de encarcelamiento y está declarado en búsqueda internacional por intentar acribillar a tiros a un hombre desarmado cerca del aeropuerto de Mariúpol el 17 de marzo de 2022. El hombre milagrosamente sobrevivió, pero recibió graves heridas.

El pasado 11 de junio, el Presidente del Comité de Instrucción de Rusia, Alexander Bastrikin, convocó la sesión del Consejo de Coordinación para asistencia a los niños afectados por catástrofes humanitarias, desastres naturales, ataques terroristas y conflictos armados. El tema de la sesión fue la seguridad de los niños durante la operación militar especial. Alexander Bastrikin subrayó que, desde 2014, se incoaron aproximadamente 5 mil causas penales contra más de mil personas, incluidas las autoridades políticas y militares, funcionarios de las instituciones armadas de Ucrania, miembros de sus uniones nacionalistas radicales y mercenarios. Se estableció que en el conflicto armado habían muerto 6.139 civiles, incluidos 173 menores de edad, no menos de 15 mil civiles recibieron heridas, de ellos había 734 menores de edad.

Ahora, hablemos qué opina sobre esto el “Occidente civilizado”. El pasado 13 de junio, al margen de la reunión entre los Ministros de Defensa de la OTAN, en Bruselas se celebró la 23ª sesión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania en formato Ramstein. En calidad de su presidente, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, reveló, no sin orgullo, que a partir de 2022 los miembros del Grupo habían suministrado a Kiev armamentos por un total de 98 mil millones de dólares.

¿Pueden imaginar a cuántas personas en el mundo se habría podido curar, alimentar y educar? ¿A cuántas personas se habría podido dar la oportunidad de obtener vivienda propia y para cuántas crear empleos?

Tan solo desde 2022, se han asignado 98 mil millones de dólares para el régimen kievita. De verdad, no es todo. El Secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, olvidó añadir que fueron asignadas descontroladamente, sin informes financieros algunos ni comprensión en qué y cómo fueron gastados dichos fondos. ¿Por qué? Esto está en el plan de los actuales demócratas liberales de EEUU arraigados en la Casa Blanca que buscan enriquecerse, y de las estructuras que les permitirán mantenerse en el poder (a los funcionarios de la Casa Blanca) y a la Administración actual.

Y aquí se acaban las buenas noticias (son buenas desde la óptica de Austin) para el régimen ucraniano de Bandera. Aunque el tema central de la agenda en la sesión fue el “fortalecimiento de la defensa antiaérea ucraniana” y la entrega a las FF.AA. los primeros cazas F-16 en verano, no se tomaron ningunas decisiones rompedoras a tal efecto. La junta kievita no recibirá nuevos sistemas Patriot en que insiste Zelenski. Y más aún, los estadounidenses tuvieron que refutar los mensajes que emergieron en los medios acerca de que Washington planeó trasladar una batería de Patriot de Polonia a Ucrania.

Todo apunta a que hay más problemas con los cazas F-16. El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, esclareció un poco esta cuestión. Al dar un discurso en Wilson Center, Washington, el pasado 17 de junio, cometió dos lapsus bastante ilustrativos en decir lo siguiente: “En cuanto a los suministros de los aviones F-16, esto significa el futuro establecimiento de la Fuerza Aérea de la OTAN. Perdonen, la Fuerza Aérea ucraniana que cooperará con la OTAN. Los aviones de la OTAN y los pilotos de la OTAN. Es decir, los pilotos instruidos por la OTAN.” El Secretario pronunció lo que en realidad hay.

Por un lado, podríamos calificarlo de un lapsus freudiano. Por otro lado, creo que es un “hueso” tirado a los activistas kievitas para que divulguen esta cita por sus batallones nazis, las FF.AA., y harán gala de que están en camino a ser miembros de la Alianza. Como si la OTAN se hubiera fusionado con el régimen kievita y que todos consideran Bánkovaya como una parte de la Alianza del Atlántico Norte.

Al parecer, ni siquiera en la OTAN hay muchos que anhelan ver tal desarrollo de eventos. Por lo tanto, el envío de los cazas es postergado como mínimo hasta finales de agosto.

En la antesala de la sesión del Grupo, Jens Stoltenberg estropeó el estado de ánimo a Zelenski, condicionando el ingreso de Ucrania en la OTAN a su “victoria sobre Rusia”.

Sin tener en cuenta el contexto de los sucesos corrientes en Ucrania, las relaciones bilaterales, ni nuestra actitud hacia el régimen kievita, ¿no les parece que habría sido no solamente justo y honesto (nadie en la OTAN no usa tales palabras desde hace mucho tiempo), pero por lo menos compasivo en relación con Ucrania pronunciar las mismas cosas antes de que Ucrania (ya que la Alianza se puso a tutelarla) hubiera sido empujada al abismo con las manos de Zelenski? Jens Stoltenberg y sus colegas hubieran podido venir a Ucrania en 2013, 2014, 2015, 2016, 2017 y avisar que el país habría podido adherirse a la OTAN, lo que ellos habían prometido, solo después de que hubiera vencido a Rusia.

¿Qué opinan ustedes, podría esto influir en los sentimientos en Ucrania? Creo que sí. Esto habría quitado la borrachera a los que estuvieron embriagados por las palabras de que el Occidente colectivo construiría la democracia en Ucrania y la llevaría hacia el brillante futuro en economía, finanzas, las Humanidades, ciencia, técnica y cultura.

Supongo que los ucranianos habrían entendido que las invitaciones a este futuro fueron basadas en la única condición de que iniciaran guerrear contra Rusia. Con tal de que sería más confortable para el Occidente colectivo luchar contra Rusia, y no hacerlo por fuerzas propias, sino con las manos del régimen kievita. ¿Dónde estuvo en aquel entonces Jens Stoltenberg con estas confesiones? Cuán vil es esto en relación con los ciudadanos de Ucrania.

Sin duda cualquiera, todos en la Alianza entienden (a nivel colectivo, individual y personalmente Stoltenberg) que jamás va ocurrir. Nadie nunca vencerá a Rusia. En otras palabras, los esfuerzos de muchos años emprendidos por Kiev para hacerse miembro del bloque le costaron la “vida” a Ucrania.

Jens Stoltenberg no lo dirá. No obstante, puede ser que lleguen a este extremo en su cinismo y rusofobia, su disgusto no solamente a Ucrania, sino también a los eslavos en general. Un día confesarán para qué necesitaron esta aventura.

Pero los ciudadanos de Ucrania todavía pueden preguntar a Zelenski, los activistas de Bánkovaya, a las personas que los arrastran a algún lugar, movilizan, atan a postes, tiran a trincheras y los entierran en fosas. Entendiendo que no tienen el futuro en la opinión de la OTAN, al menos por última vez pueden preguntar por qué el régimen kievita los envía al frente.

Estoy segura de que la Unión Europea tiene un punto de vista semejante acerca de la entrada de Ucrania en la UE. La Unión Europea literalmente se ha vuelto el departamento económico de la OTAN. Ellos no están acostumbrados a invertir, desarrollar, destinar fondos en beneficio de sus miembros nuevos o pupilos, y aún menos en beneficio de los que no son sus miembros. Están acostumbrados a despojar, aprovechar, redistribuir, o como les gusta decir, “optimizar” a su favor.

El precio que esperan que paguen los ciudadanos de Ucrania, la sociedad ucraniana, el pueblo (ya no puedo pronunciar la palabra “Estado”, porque no queda nada de la institucionalidad ucraniana inherente a un Estado) es infligir una “derrota estratégica” a Rusia con sus propios manos y sumas colosales de Occidente.

Los funcionarios comunitarios siguen encasquetándolo a los ucranianos mediante el sistema de propaganda vertebrada por Zelenski y sus patrocinadores de la OTAN. Por supuesto, esto no sucederá, porque no puede suceder por definición.

Ahora hablemos sobre la gira de Zelenski. Toda la semana pasada Zelenski y sus cómplices viajaron por Europa occidental. Entre el 11 y el 12 de junio pasado, visitaron Alemania  para acudir a la Conferencia sobre la Recuperación de Ucrania en Berlín.

Es interesante cómo transcurra dicha conferencia, si, paralelamente, el Grupo de Ramstein está abordando con qué otros armamentos letales podrían abastecer al régimen kievita para que las hostilidades continúen.

Es ridículo, ¿verdad? El Fondo Europeo para la Paz organizado por los Estados comunitarios es lo mismo. El dinero fue destinado exclusivamente a la guerra.

Es obvio que el evento fue diseñado para la destrucción, puesto que el porcentaje significativo de los presentes correspondió a los representantes del sector militar industrial, y ellos abordaron los proyectos concretos dirigidos a suministrar armas a las FF.AA. Entre otras cosas, los participantes de la conferencia no vacilaron en reiterar para Kiev que fue necesario combatir la corrupción, apuntaron a la pelea por acceder al “comedero” europeo que se observa en la cúpula dirigente. A muchos patrocinadores de Zelenski les causó perplejidad su decisión de destituir unos días previos a la conferencia al jefe de la Agencia Estatal para la Reconstrucción y el Desarrollo de la Infraestructura de Ucrania, Mustafa Nayem.

Los acuerdos firmados en la Conferencia sobre las inversiones (aproximadamente 16 mil millones de euros) en diversos sectores de la economía ucraniana evidencian que los occidentales desean apoderarse de los restos de sus recursos, industria y agricultura. No les interesa el destino de Ucrania ni el pueblo ucraniano. Les preocupa la única cosa. Cómo es posible convertir más rápida y ampliamente este territorio en la futura colonia para servir a los intereses propios. Por ser innecesario, todo lo demás podría ser tirado al basurero o enterrado en algún lugar lo más posible profundo.

Entre el 13 y el 14 de junio pasado, la delegación ucraniana arribó al sur de Italia, Apulia, donde se celebró la cumbre del G7. Sus participantes alcanzaron un “acuerdo político” dirigido a proporcionar a Ucrania un “préstamo” por un total de 50 mil millones de dólares basándose en los ingresos de los activos congelados rusos. Es otro acto de robo. Ahora lo practica el G7.

No me creerán, es información exclusiva. Al publicar el G7 en Apulia el comunicado de prensa diciendo que se nos incautarían 50 mil millones de dólares a favor de Ucrania, en seguida, las mismas personas empezaron a dejar claro mediante diversos canales que definitivamente no serían ellos, sino otros miembros del G7, que nos arrebatarían el dinero, y como si pidieran que no tomáramos medidas de respuesta a los primeros. Nos dieron a entender que no lo harían. ¿Por qué? Son conscientes de que nuestra respuesta será dura.

¡Qué abominación y mezquindad, cinismo y engaño es! Ante las cámaras, “en la mira” de la máquina política estadounidense, poner firmas y rendir un informe, “prestar juramento” a la lógica de piratas relativa a la apropiación de lo ajeno, y luego coger el teléfono y rogar, suplicar, asegurar de que definitivamente no lo hicieron, no lo hizo este país en preciso, sino algún otro. Temen que se tomen medidas de respuesta hacia ellos. Esto es toda su ideología.

Al parecer, las cosas van muy mal con dinero en Occidente. Si los occidentales derrochan desenfrenadamente decenas (y ahora la “asistencia” acaba de superar el centenar) de millones de dólares, está claro que ya no se puede cobrar dinero a nadie y de ningún lugar.

Cada vez más ciudadanos de la UE (lo demostraron las elecciones al Parlamento Europeo) se preguntan a sí mismos: ¿adónde van sus impuestos? Se observan las mismas tendencias en EEUU y otros países del Occidente colectivo. Empiecen a perpetrar robos de forma manifiesta y los convierten en una parte de la decisión tomada por el G7. Antes, el G7 solía declararse el buque insignia del desarrollo económico, y ahora, bajo la influencia de estas democracias liberales, “cae en picada” del robo descarado.

¿Acaso tenía sentido hablar durante tantos años sobre la liberalización del comercio, la globalización, la combinación de métodos liberales de gestión económica y del proteccionismo y de su correlación, para que luego se pasara a efectuar el más vulgar robo?

La perspectiva de la derrota militar y del fracaso político del régimen kievita les asusta a EEUU y a sus aliados cada vez más. No cabe la duda de que los fondos robados serán destinados a gastos militares, a la compra de armas para el régimen kievita lo que alargará todavía más las acciones bélicas.

Dicha decisión en el campo legal sería calificada como una conspiración delictiva, lo que únicamente incrementa la culpa de cada uno de sus participantes. Prestándole a Kiev este tipo de fondos, de hecho se comprometen a continuar robando propiedades ajenas durante un largo período de tiempo. Naturalmente, nadie le pregunta al pueblo de Ucrania, de qué manera irá devolviendo sus deudas y si está dispuesto a hacerlo. Eso se lo contarán a los ucranianos más tarde.

En los márgenes de la Cumbre del G-7, Kiev firmó “Acuerdos sobre garantías de la seguridad” con Washington y Tokio. Vladímir Zelenski reúne ya más de una decena de este tipo de documentos, sin que ninguno suponga un compromiso internacional. Es una completa quimera, picardía dirigida a sus ciudadanos. Es que necesitan algún tiempo de pruebas, unos “papelorios”. ¿Por qué los llamamos así? Es que en cualquier momento su vigencia puede ser anulada de manera unilateral.

Sin embargo, para Occidente, representan una cómoda herramienta de presión en el régimen kievita que depende por completo de la ayuda extranjera. Así, el Acuerdo firmado con EEUU contiene un apartado que habla de que Kiev habrá de rendirle cuantas a Washington sobre el uso de los fondos recibidos. Se incluye esta idea, después de haber sido gastados cientos de miles de millones, eso realmente tiene gracia. Este apartado es incluido en los acuerdos por un único motivo, para ayudar a las fuerzas liberales democráticas en la Casa Blanca con su campaña electoral. Es que los ciudadanos estadounidenses hacen la pregunta de ¿Dónde está el dinero? Se lo preguntan a Joe Biden. Y saben que por una serie de motivos no les responderá.

Esta píldora amarga le fue preparada para Vladímir Zelenski por sus aliados ya, celebrada la Cumbre del G-7. El pasado 17 de junio, el Consejo de la Unión Europea anunció la creación de una Comisión para la lucha contra la corrupción y el robo de la ayuda que le es prestada a Ucrania. Esta medida fue tomada con una demora de 2.5 años. ¿qué comisión que ni qué comisión? ¿Qué corrupción ni qué corrupción? Allí ya no hay corrupción, hay bandidismo que se ha convertido ya en terrorismo.

Es como suele ocurrir siempre: una permisividad e impunidad absolutas que EEUU alientan en sus nuevos socios más tarde dan lugar al extremismo. No hay otro camino. Es conocimiento confirmado por datos teóricos y prácticos.

Es evidente que en EEUU y en Europa, no me refiero a las élites, sino a los ciudadanos, a través de las pertinentes instituciones se empiezan a hacer ciertas preguntas incómodas. Se duda de la legitimidad del propio Zelenski y se entiende que los fondos son tragados por una especie de “agujero negro”. En cuanto a las dimensiones del robo y de su carácter transatlántico, nadie ya lo duda.

A juzgar por todo, Kiev contaba con concluir la gira con el triunfo de la Conferencia de paz en Ucrania celebrada en la localidad suiza de Bürgenstock los días 15 y 16 de junio. Sin embargo, salió justo lo contrario, ha sido un fracaso completo. No son solo nuestras evaluaciones, es como lo ven los medios occidentales. Diría que los ucranianos también, pero es que en Ucrania desde hace tiempo ya no hay nada independiente, desde el punto de vista de los medios de información. El Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza confirmó esta misma característica.

El pasado 17 de junio ya hicimos público un detallado comentario sobre el particular. Nos gustaría añadir lo siguiente: la reunión esa en los Alpes puso de manifiesto de manera convincente el deseo de Occidente de aprovechar a Ucrania en su enfrentamiento con Rusia, sean cuales sean los métodos elegidos, no se descartan ni los más odiosos. De allí la renuncia de abordar nada que no sea la Fórmula de paz Zelenski carente de perspectivas y completamente dada de sí. Este hombre que ha perdido su legitimidad se resiste a levantar su anterior prohibición de negociar con los actuales dirigentes de Rusia, en la mencionada Fórmula de paz ni se menciona la anulación de las Leyes racistas que habían sido aprobadas por la Rada y venían dirigidas contra la población rusoparlante del país.

Contamos con que en los países que presentaron opciones alternativas a dicha Fórmula presten atención a esta circunstancia y completen sus propuestas.

Si Washington, Londres y Bruselas de verdad quisieran restablecer la paz o, por lo menos, poner fin al derramamiento de la sangre en Ucrania, dejarían de nutrirla infinitamente con armas. Es una fórmula directa que ha de ser completada y ampliada con detalles concretos en forma de la iniciativa formulada por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, el pasado 17 de junio durante su reunión con la plana mayor del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. Ocurrió en directo, todos han podido verlo y escucharlo. Las pertinentes transcripciones aparecen en la página web del Kremlin y en la nuestra. Es la fórmula de trabajo que contiene una perspectiva real del arreglo.

Hablando del ruso, es como si nadie entendiera lo importante que es este tema para Ucrania. No es solo sensible, es vital. No cesa en el país una lucha intransigente contra la lengua rusa y sus portadores. Les diré más: en el país se ha fijado de manera legislativa la prohibición de su uso en casi todas las esferas de la vida, incluida la ciencia, la cultura, la educación, los medios, la publicidad. Los seguidores de Bandera y Shujévich se disponen a controlar incluso los contactos personales. Los propios Shujévich y Bandera apenas podrían haber afrontado tal reto. Sólo George Orwell describía algo por el estilo en sus novelas. Lo hicieron también algunos directores de cine que en sus películas sobre el futuro hablaban de gente que caían víctimas de esta permisividad liberal. En estos momentos todas estas tendencias están floreciendo en el territorio ucraniano, pero no en películas, sino en la vida real.

Cobra pujanza la persecución de quienes hablan su lengua materna incluso en un ambiente extraoficial. Para concretar las iniciativas del führer lingüístico, Taras Kremen, en uno de los colegios de Leópolis fue organizada una “patrulla de la lengua” integrada por niños quienes vigilan que sus coetáneos no hablen el ruso, su lengua materna. De acuerdo con los medios, está formado por los propios alumnos que en los recreos deben estar pendientes de que los hijos de familias venidas desde el este del país no utilicen su lengua materna, el ruso.

El propio paso será el control de los pensamientos. ¿Cómo se llevará a cabo? ¿Y, si los hijos de estas familias venidas del este del país llegan a pensar en ruso?

Me da miedo pensar, qué podrían hacer estos niños de la patrulla lingüística de Leópolis con el propio Vladímir Zelenski, si llegan a sospecharle de que sigue pensando e incluso, me entra miedo al decirlo, hablando en ruso que es lo que hace a diario. Sería curioso saber, qué harían estos niños. ¿No se precisa, qué medidas serán tomadas contra los infractores, pero es evidente que la propia segregación de los niños en “supervisores” y “presuntos implicados”, en función de su pertenencia lingüística y nacional, además de amoral, representa una manifestación de la mundividencia nazi que está siendo implantada con energía por el régimen kievita y apoyada de manera criminal por Occidente.

Al mismo tiempo, los propios habitantes del país evidentemente no están de acuerdo con este estado de las cosas. Intentan resistirse en la medida de lo posible: en Internet se puede encontrar vídeos grabados en un taller de networking celebrado en Odesa. El público apoya al ponente rusoparlante, cuya ponencia intentan arruinar unos provocadores que exigen que se pase “a la lengua oficial”. No lograron su objetivo. La posterior expulsión de los provocadores del taller podría representar una manifestación de cómo los ciudadanos lograron defender su derecho constitucional de usar el ruso que les es garantizado por al Art. 10 de la Constitución de Ucrania, pero el mismo día Tarás Kreméñ les amenazó a los organizadores del evento “severas reacciones” por parte de los organismos de mantenimiento de orden público.

¿Dónde está la OSCE? ¿Dónde están todos esos numerosos encargados de los derechos humanos que nadan en la abundancia, cobrando unos sueldos desorbitados únicamente por hacer propaganda de la libertad de expresión, de defender a las minorías nacionales, de velar por la variedad lingüística? ¿Dónde están todos aquellos que se hacen llamar en la OSCE defensores de los derechos humanos? Es que Ucrania es país miembro del mencionado organismo.

Anteriormente el encargado de asuntos lingüísticos, o como se le llama en el país, Sprechenführer, llamó al personal del Centro territorial de reclutamiento y apoyo social, es decir, a los encargados de la movilización, hablar exclusivamente en ucraniano, manifestando que ello representaba “muestra de la unidad y del refuerzo de la capacidad defensiva” del Estado.

¡Es que se ha llegado ya a la locura! ¿De qué refuerzo de la capacidad defensiva del Estado se puede hablar, si todo lo que usan las FF.AA. ucranianas es enviado por Occidente? Y las inscripciones que aparecen en absoluto están en ucraniano. ¿O es qué Tarás Kreméñ no está al tanto? ¿No acaba de enterarse?

Cuesta imaginarse una forma más absurda de expresar las ideas. Mientras los malnacidos nazis que se hicieron fuertes en Kiev continúen en el poder, el país o, mejor dicho, lo que queda del mismo, solo irá degradando. La gente estará sufriendo, en primer lugar, de quienes realmente ocuparon Ucrania, usando fondos estadounidenses. Son los que se reúnen ahora en el edificio de la Administración presidencial en Kiev.

Los hechos enumerados representan manifestaciones de las principales tendencias que se registran en Ucrania. Todo ello vuelve a confirmar el carácter actual de los objetivos de la operación militar especial que son la desnazificación y la desmilitarización de Ucrania, así como la erradicación de las amenazas que se perciben desde su territorio. Tal y como anunciaron en más de una ocasión los altos cargos rusos, dichos objetivos serán alcanzados sin falta.

G7 decide destinar 50.000 millones de dólares a Ucrania hasta finales de 2024 a expensas de los beneficios de los activos rusos congelados

Hemos recibido muchas preguntas sobre lo que está sucediendo con respecto a la declaración del G7 sobre la financiación del régimen de Kiev a expensas de los beneficios de la gestión de los activos rusos congelados. Ya he comentado que se trata de 50.000 millones de dólares, reembolsados mediante la retirada de los ingresos que Occidente pueda recibir en el futuro por la reinversión de las reservas de oro y divisas pertenecientes a la Federación de Rusia. Esto es según su propia redacción. Como dicen en lenguaje sencillo, el dinero ruso ha sido una molestia para Occidente durante siglos.

Es obvio que hoy en día cualquier país puede perder sus activos soberanos en jurisdicciones occidentales solo porque, por una razón u otra, EEUU y sus satélites no están satisfechos con su política interior o exterior. Todo el mundo ve perfectamente cómo Washington, Bruselas, Londres y similares están ampliando las medidas restrictivas contra los no deseados bajo diversos pretextos. No se trata solo de Rusia o China. Todos los Estados de la mayoría mundial se enfrentan a estos riesgos.

Digamos, por ejemplo, que los estadounidenses piensan que en algún lugar el gobierno no es lo suficientemente democrático o no cumple con la escala democrática. Entonces imponen sanciones unilaterales de inmediato. La razón puede ser cualquiera. Por ejemplo, la opresión del colectivo LGBT, reconocido como extremista en nuestro país. O una orientación geopolítica equivocada. Se puede inventar cualquier cosa. Los derechos humanos en su interpretación más amplia e irrelevante. Cualquier cosa puede usarse y se utilizará para congelar los activos extranjeros de algún país. Los pretextos serán fáciles de inventar, independientemente de la ley y la moral, porque todo esto ya ha sido burlado y pisoteado por el Occidente colectivo.

Ya hemos dicho en repetidas ocasiones qué y cómo sucede y cómo resultan las tramas con sanciones y manipulación de bienes ajenos. El efecto sistémico de tales acciones tiene consecuencias devastadoras para la economía mundial y el sistema financiero, que los mismos occidentales crearon para asegurar su dominio en la economía global. Es obvio que nadie esperará a que los anglosajones se apropien indebidamente de sus bienes con fines "democráticos". Esto lo entienden muy bien los Estados responsables del Sur Global y están retirando gradualmente sus tenencias de los refugios financieros estadounidenses y europeos antes seguros.

No es sorprendente que las divisas y los instrumentos de reserva occidentales sean cada vez más tóxicos, y que las economías de estos países estén perdiendo rápidamente competitividad y atractivo para el capital extranjero. Para EEUU, los países europeos y otros países acostumbrados a vivir por encima de sus posibilidades mediante el desvío de rentas neocoloniales, préstamos interminables, actos de refinanciación y diversas manipulaciones artificiales de las finanzas que conducen a la acumulación de enormes deudas, ahora llega la hora de la verdad. Tal burbuja de deuda, capitalizada por nada más que papel (hoy se les llama con menos frecuencia monedas de reserva duras del FMI, incluso en los medios occidentales), puede estallar en cualquier momento. Se les ocurrirá alguna razón para ello. Evidentemente, se han alcanzado a sí mismos en esta carrera por el pseudo-liderazgo. Las consecuencias para la población de los Estados del Occidente colectivo y las economías nacionales, por supuesto, serán tangibles, incluso a largo plazo.

Este es el precio por robar los bienes de los demás, organizar aventuras geopolíticas y acoso e interferencia interminable utilizando instrumentos ilegítimos como sanción ilegal. E incluso por la auténtica guerra comercial que han desatado contra países que han logrado resultados significativos de forma independiente o que han decidido utilizar sus propios recursos en interés de su población para alcanzar metas y objetivos nacionales. Este es el precio que debe pagar Occidente por la incomprensión y la negativa a reconocer los nuevos centros de poder como el BRICS, la OCS y otras asociaciones de la mayoría mundial.

Respuestas a varias preguntas:

Pregunta: Según su información, ¿a qué se debe la retirada de firmas del comunicado final de la llamada cumbre de la paz celebrada el pasado fin de semana en Suiza? Las firmas fueron retiradas por los representantes de Iraq, Jordania y Ruanda. ¿Fue este el resultado de la diplomacia rusa?

Respuesta: Ya lo hemos comentado en detalle en el comunicado de prensa del 17 de junio.

No todos estuvieron de acuerdo en apoyar el comunicado final, que era abiertamente antirruso por naturaleza. Al principio 12 delegaciones se negaron a hacerlo, y después de la reunión su número aumentó a 14. Entre ellas se encuentran India, Indonesia, Irak y Rusia. Entre ellas estaban India, Indonesia, Irak, Jordania, México, EAU, Arabia Saudí, Tailandia, Sudáfrica y otros Estados. No excluimos que el número de estos países aumente.

Ha quedado claro que la mayoría mundial no acepta las recetas de Kiev y Occidente para solucionar la crisis ucraniana. Porque lo que ven no es una esencia pacífica; ven la verdad, el deseo de los occidentales, que es impulsar una agenda dirigida no a la paz, sino a la continuación del conflicto. No quieren seguir este peligroso camino.

Confiamos en que el mundo seguirá reforzando la conciencia de que el verdadero camino hacia una solución sostenible de la crisis está claramente indicado en la iniciativa de paz del Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, formulada en su discurso en el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso el 14 de junio. Esta es la propuesta que podría convertirse en el preciado camino hacia la paz.

Außenministerium der Russischen Föderation
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