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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por el Director adjunto del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Andréi Nastasin, Moscú, 3 de julio de 2024

Crisis ucraniana

El pasado 2 de julio se cumplieron dos años desde el día de la liberación de Lisichiansk, la RPL. En gran medida, ayudaron a hacerlo las unidades cosacas en las que había muchos locales. Gracias a su armoniosa colaboración con los combatientes del batallón Ajmat y las unidades del 2º Cuerpo de Ejército de la Milicia Popular de la RPL, lograron prevenir que la ciudad fuera seriamente arruinada. Casi en seguida arrancaron las obras de reparación en las cruciales instalaciones de soporte vital.

La República de Tartaristán asumió la responsabilidad de brindar asistencia tipo patrocinio a Lisichiansk que había sido perjudicada durante la ocupación ucraniana. La república invirtió en torno a 900 millones de rublos. Reconstruyó por completo el hospital municipal y tres escuelas. Están arreglándose los problemas relativos al funcionamiento de los sistemas de suministro de agua y energía. Por desgracia, lo cerca que está la línea divisoria afecta el ritmo de la recuperación de Lisichiansk que sigue sometiéndose a bárbaros disparos de las FF.AA. Sin embargo, conforme al Vicepresidente del Gobierno de Rusia, Marat Jusnulin, pese a todos los obstáculos se seguirá construyendo viviendas e instalaciones sociales en la ciudad.

Estamos seguros de que la vida pacífica no tardará mucho en volver definitivamente a Lisichiansk que es una de las ciudades más antiguas de Donbás (fue fundada en 1710). Mientras tanto, la misma ciudad recibirá un nuevo impulso para desarrollarse y prosperar como parte de su Patria histórica, Rusia.

El régimen kievita sigue asestando golpes malintencionados contra civiles en ciudades y pueblos rusos. Los nazis ucranianos toman acciones cada vez más refinadas aplicando armamentos modernos. Resulta sumamente horrible que los niños se tornen frecuentemente sus víctimas.

El pasado 29 de junio, en la aldea Gorodische, la provincia de Kursk, los verdugos de Bandera usaron un dron para arrojar explosivos en una casa residencial. Murieron cinco personas, incluidos dos niños.

El pasado 30 de junio, cerca de la localidad Nóvoye, la provincia de Bélgorod, los extremistas atacaron con un dron un coche en que estuvo una familia de cinco personas. La niña de cuatro años falleció, los adultos recibieron heridas.

No se duda que los uniformados ucranianos lo hicieron todo con plena consciencia. Los operadores de drones no pudieron sino ver a quiénes apuntaron.

El pasado 30 de junio, las FF.AA. cañonearon con lanzamisiles múltiples estadounidenses HIMARS la localidad Yasinovátaya, la RPD, hiriendo a dos menores de edad y cuatro empleados del Ministerio de Emergencias de Rusia.

El mismo día, en Donetsk, un proyectil ucraniano explosionó junto a una parada de transporte público. Una mujer murió y una familia de tres personas recibió lesiones.

Los seguidores de Bandera continúan arremetiendo contra las instalaciones de la infraestructura civil, escuelas, hospitales y guarderías.

El pasado 28 de junio, los extremistas intentaron atacar con drones una base petrolera en la provincia de Tambov. El pasado 30 de junio, agredieron a la planta metalúrgica de Novolípetsk. El pasado 1 de julio, los ucranianos abrieron fuego del lanzamisiles múltiple Grad contra una escuela en Donetsk y golpearon la mayor granja de aves de corral en la provincia de Bélgorod ubicada en Nóvaya Tavolzhanka. Allí, un hombre murió y dos recibieron heridas.

Las fuerzas del orden rusas registran los crímenes perpetrados por los neonazis ucranianos. Las personas involucradas son identificadas y llevadas ante la justicia.

Cada delito conlleva el castigo.

Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales de Rusia continúan emitiendo sentencias contra extremistas ucranianos que cometieron graves crímenes contra civiles.

El pasado 2 de julio, en el marco del proceso penal por usar medios y métodos de guerra prohibidos, el Tribunal Basmanni arrestó en rebeldía a unas autoridades políticas y militares de Ucrania. Entre ellas estuvo el ex Primer Ministro, Vladímir Groisman, el ex Ministro de Asuntos Exteriores, Pavel Klimkin, y el ex Ministro de Finanzas, Alexander Shlapak, así como el jefe militar de las fuerzas operativas, Igor Dovgan. Podrían encarar hasta 20 años de prisión.

El pasado 25 de junio, el Comité de Instrucción de Rusia informó sobre los resultados de la investigación dedicada al avión Il-76 que transportó a prisioneros ucranianos, militares rusos y miembros de la tripulación y cayó en la provincia de Béldorod el pasado 24 de enero. Se estableció que la nave aérea fue golpeada con misiles guiados antiaéreos del sistema estadounidense Patriot que fueron lanzados desde la provincia de Járkov. Los investigadores disponen de la información acerca de qué unidades de las FF.AA. ucranianas tienen dichos sistemas en sus arsenales. Juntos con el Ministerio de Defensa de Rusia se esfuerzan por identificar a los implicados en dicho crimen inhumano.

El pasado 17 de junio, el jefe de la brigada de misiles antiaéreos ucraniana, Nikolái Dziaman, fue acusado en rebeldía de ordenar derribar el avión perteneciente a la Fuerza Aérea rusa que el pasado 23 de febrero patrulló el cielo de nuestro país. El imputado se dio cuenta de que dicho avión no fue diseñado para luchar en operaciones militares, no tuvo armas, y estuvo volando exclusivamente en el espacio aéreo de Rusia. Las acciones delictivas del jefe ucraniano resultaron en que 10 miembros de la tripulación murieron y la nave fue destruida.

A finales de junio se dictaron sentencias en rebeldía a los mercenarios extranjeros que lucharon del lado del régimen kievita. Mathias Gustafsson (Suecia), Vjekoslav Prebeg (Croacia) y John Harding (el Reino Unido) recibieron 23 años de colonia penal. Mark William Ellerbroek (EEUU) fue condenado a 14 años de prisión. Los ciudadanos británicos, Andrew Hill y Dylan Healy, serán encarcelados por 3,5 y 4 años, respectivamente.

Nadie de los criminales ucranianos ni sus secuaces no podrán evitar la penalización. Responderán con todo el peso de la ley.

El pasado 28 de junio, Zelenski felicitó a los ucranianos con el Día de la Constitución de Ucrania. Todo pareció una flagrante burla de los ciudadanos y la ley fundamental del país. En cualquiera Estado democrático y de Derecho el usurpador del poder no puede considerarse como garante de la Constitución. Sin embargo, en el caso de Ucrania esto es posible, puesto que se ha hecho normal no cumplir las leyes.

Ante el régimen kievita actual prácticamente no queda ni un solo artículo de la Constitución que no haya violado.

Kiev ha pisoteado todas las cláusulas garantizando la libertad de las actividades políticas y la prohibición de la censura (art. 15), el “libre desarrollo, uso y protección del ruso” (art. 10), “el derecho a la libertad de filosofía y religión” (art. 35), “el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión y a la libre expresión de sus opiniones y creencias” (art. 34), el derecho a la vida (art. 27) y el derecho de toda persona al respeto de su dignidad (art. 28).

Del Estado democrático libre previsto por la Constitución Ucrania, se ha convertido en una entidad nazi totalitaria en la que son infringidos sistemáticamente los derechos y las libertades humanos fundamentales, y los ciudadanos se han transformado no simplemente en rehenes, sino básicamente siervos de Bánkovaya.

Cada día observamos cómo son humillados la dignidad humana y el derecho a la vida, cuando los comisarios militares secuestran a los hombres ucranianos para enviarlos forzosamente al frente. La gente es percibida como material fungible que la junta de Zelenski está lista para sacrificar sin titubeos con tal de preservar a sí misma y responder a los intereses mezquinos de sus verdaderos dueños.

Está cubierto con cadáveres el camino hacia Europa que Zelenski mencionó en su “felicitación” mucho más que la misma Constitución. Es el precio que Ucrania paga para que el líder ilegítimo del delictivo régimen kievita siga siendo aceptado en las capitales occidentales y recibiendo la asistencia de miles de millones y pueda continuar alimentando su ego. En tal caso sería apropiado no felicitar, sino expresar condolencias. El tiempo dirá cuánto más sufrirán los ucranianos ordinarios que se han hecho la moneda de cambio en el juego ambicioso de Zelenski y sus patrocinadores de allende el océano.

Es ilustrativo que el pasado 14 de mayo el tribunal en Nikoláev decidiera liberar del centro de distribución del centro de reclutamiento y apoyo social territorial (en palabras simples, la comisaría militar) a un mozo que, según la resolución judicial, había sido detenido ilegalmente. Podría parecer que esto sea el precedente de que los ciudadanos ucranianos son protegidos de arbitrariedades. Sin embargo, a partir de mayo pasado no hemos oído sobre decisiones semejantes, más bien sobre las contrarias. Al parecer, son demasiado exagerados los rumores sobre la independencia de las autoridades judiciales ucranianas.

Simultáneamente con todos los crímenes inhumanos, el régimen de Zelenski va empujando a Ucrania cada vez más en la servidumbre por deudas.

El pasado 17 de junio, la agencia Reuters comunicó que Kiev no había podido convenir con el grupo de tenedores de bonos en reestructurar la deuda internacional que asciende a unos 20 mil millones de dólares. No dieron resultado las negociaciones celebradas en junio pasado. A finales de julio expira el acuerdo que permitió a Ucrania suspender los pagos tras haberse iniciado la operación militar especial. En el curso de las negociaciones la parte ucraniana suplicó que se prolongara el plazo para pagar la deuda o que la obligación fuera condonada parcialmente. Fundamentó sus súplicas en la complicada situación económica y las hostilidades.

Mientras ciertos acreedores occidentales podrían hacer concesiones a Kiev, tal opción no les conviene a los tenedores privados de bonos entre los que están las empresas BlackRock, Amundi y Amia Capital (a ellas les corresponde casi el 20% de los bonos europeos pendientes de pago). En mayo pasado The Wall Street Journal informó que los tenederos privados de bonos ucranianos quisieron conseguir que Kiev reanudara los pagos de intereses sobre la deuda pública en 2025. En plena malversación de fondos les perturba con razón cómo podrían devolver al mínimo una parte pequeña de su dinero. A juzgar por todo, entienden bien con quién están tratando, y, por lo tanto, no dan un paso al frente hacia Bánkovaya. Obviamente, el regateo continuará. Ucrania volverá a ser la moneda de cambio, así como los restos de su economía y recursos. El régimen de Zelenski está dispuesto a subastar el país.

Aunque el Ministro de Finanzas de Ucrania, Serguéi Márchenko, está convencido de que el Gobierno podrá llegar a un acuerdo para el 1 de agosto, las cosas no son tan claras. La probabilidad de default es muy alta. Según los expertos, incluso si Ucrania puede evitar este problema en el año corriente, la posibilidad de que lo afronte en 2025 es del 60%, y en 2026, alcanzará el 80%.

En tal contexto, es oportuno recordar que del 28 de febrero de 2022 al 31 de marzo de 2024 la deuda pública total de Ucrania creció el 61,8%, subiendo a 151.050 millones de dólares. En dos años los préstamos externos alzaron el 90,1% hasta el monto récord de 108.370 millones. Todo ello recae como lastre pesado en las futuras generaciones de los ucranianos que tendrán que pagar la vida entera por los crímenes y el despilfarro de la junta kievita.

Además de las deudas colosales las que, según lo hemos recalcado repetidamente, van a saldar las siguientes generaciones en Ucrania, el régimen kievita se empeña en firmar el mayor número posible de pactos.

El pasado 27 de junio, en Bruselas, Ucrania concertó otro, el 18º, acuerdo marco sobre “garantías de seguridad”. Esta vez la parte signataria fue la UE. Tal como los documentos semejantes, este convenio es de carácter declarativo y no es jurídicamente vinculante. El papel prevé facilitar a Kiev la asistencia por un total de 50 mil millones de euros presupuestados en la UE para los próximos cuatro años dentro del paquete de asistencia para Ucrania “Ukraine Facility”. Se planea “ayudar a largo plazo” a las FF.AA. en asuntos militares y militares y técnicos, soportar la fórmula de Zelenski, continuar imponiendo las sanciones antirrusas, esforzarse por aprovechar los ingresos de los activos rusos congelados y llevar Rusia ante la justicia.

En Kiev, la firma de los acuerdos de este tipo afectó a muchos de manera embriagadora. Los activistas kievitas pensaron que, de aquí en adelante, el país seguramente recibiría fondos que le corresponden para “luchar contra Rusia”. Según el Primer Ministro, Denís Shmigal, las sumas anuales equivaldrán a casi 60 mil millones de dólares y serán usados para las necesidades militares. Entretanto, Ucrania prefiere hacer caso omiso de la rígida exigencia de Occidente, o sea erradicar la corrupción y presentar el informe detallado sobre cómo son gastadas las finanzas que recibe y otras formas de asistencia.

Con este telón de fondo, es curioso que, uno de estos días, con tal de intensificar la lucha contra la corrupción y llevar adelante la asistencia financiera internacional, el FMI exigiera que Kiev enmendara el Código Aduanero y sometiera a auditoría externa la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania hasta finales de septiembre. Está obvio que la malversación es tan astronómica que a los occidentales no les queda nada más que empezar a apretar las tuercas. ¿Podría esto ayudarles? Esto es un tema pendiente.

Los hechos enumerados vuelven a probar la relevancia de los objetivos de la operación militar especial que son desnazificar y desmilitarizar Ucrania, así como erradicar las amenazas provenientes desde su territorio. Todos los objetivos serán alcanzados sin falta.

Respuestas a algunas preguntas:

Pregunta: ¿Intenta el MAE de Rusia comentar las publicaciones acerca de que la sede de la OTAN decidió nombrar a un oficial encargado de la victoria de Ucrania a largo plazo?  The Wall Street Journal informa que dicho plan está elaborado para el caso de que Trump gane las elecciones presidenciales en EEUU.

Respuesta: Los bulos de este tipo surgen casi diariamente. No creo que sea necesario comentarlos. Si quiere recibir alguna respuesta, recurra al periódico mencionado. Que trate de explicar qué está detrás de todo ello.

Hemos dicho reiteradamente que Rusia no se entremete en los asuntos interiores de otros países. Cuando EEUU celebre las elecciones, elegirá al Presidente nuevo y, entonces, habrá cosas que comentar. Por ahora, no opinamos que sea oportuno prestar atención alguna a las nuevas especulaciones acerca de lo que pasará si alguien es elegido o no.

Außenministerium der Russischen Föderation
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