КРЕМЛЬ
МИД

Respuesta ofrecida por la portavoz del MAE ruso María Zajárova a la pregunta de los medios en relación con las declaraciones de turno hechas por Kiev sobre los sucesos de Bucha en la primavera de 2022

Pregunta: El 24 de abril, en respuesta a la nota de la Misión Permanente de Rusia ante la ONU distribuida al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de la ONU, la Misión ucraniana en Kiev presentó su versión de los sucesos en Bucha. Ucrania y Occidente siguen tratando de culpar a Rusia del espectáculo sangriento que ellos mismos organizaron. ¿Cómo podría comentar estas declaraciones?

Respuesta: Ciertamente, Rusia ha afirmado en repetidas ocasiones, con hechos en la mano, que la denominada masacre de Bucha es una escenificación cínica.

Como es habitual, la carta enviada por la Misión Permanente ucraniana no contiene pruebas, sino sólo acusaciones infundadas, referencias a las "conclusiones inequívocas" de la llamada comisión internacional independiente de investigación sobre Ucrania, y las conclusiones del antiguo mecanismo de Moscú de la OSCE.

Las dudas más grandes surgen por los relatos sobre el número de víctimas de la tragedia. La carta afirma que supuestamente se documentaron más de 9.000 crímenes de guerra en Bucha, que causaron la muerte de 1.800 personas.

La prueba del carácter irreal de estas afirmaciones se encuentra en las propias fuentes ucranianas.

Así, según los medios de comunicación ucranianos, en marzo de 2022, unos 5.000 de los 37.000 habitantes de la ciudad quedaron en Bucha. El resto salió de la ciudad inmediatamente después del inicio de la operación militar especial. Es decir, resulta que cada residente fue víctima de uno o dos crímenes.

Aún más dudas sobre la fiabilidad de las "estadísticas" ucranianas aparecen después de cálculos matemáticos elementales.

Como se sabe, los militares rusos estaban en la ciudad del 27 de febrero al 31 de marzo de 2022, es decir, durante 33 días. Su número no superó unos cientos de personas. Si dividimos 9.000 crímenes por 33 días, obtenemos 272 crímenes. Según las cifras citadas por Kiev, nuestros militares deberían haber cometido 272 delitos al día, u 11 delitos a la hora sin dormir ni comer. Esto es absolutamente irreal.

Al mismo tiempo, tuvieron tiempo de proporcionar ayuda humanitaria a la población local. Un total de 452 toneladas de suministros humanitarios rusos fueron entregados y distribuidos en Bucha y otros poblados de la provincia de Kiev. Durante el tiempo que esta localidad estuvo bajo el control de los militares rusos, servicios celulares funcionaban. Ni un solo residente local formuló denuncia alguna de acciones violentas. Las carreteras de Bucha no estaban bloqueadas. La gente tuvo la oportunidad de marcharse libremente y la aprovechó. Paralelamente, la periferia sur de la ciudad, incluidos los barrios residenciales, fue bombardeada las veinticuatro horas del día por las Fuerzas Armadas ucranianas con artillería, tanques y lanzacohetes múltiples.

Cabe destacar que el alcalde de Bucha, Anatoli Fedorchuk, el 31 de marzo de 2022, tras la retirada de las tropas rusas, publicó un vídeo en el que no decía ni una palabra sobre las muertes masivas de sus ciudadanos. Parece que si nuestros militares habían cometido 11 crímenes por hora durante 33 días sin dormir ni descansar, dejando 1.800 cadáveres en las calles, él debería al menos haber mencionado esto.

La naturaleza escenificada de los sucesos en Bucha también se evidencia en el hecho de que, tras la retirada de los militares rusos, los primeros en llegar allí no fueron investigadores y penalistas ucranianos, sino empleados de los medios de comunicación occidentales.

Pero lo más importante es que todavía no se ha realizado una investigación completa de esta tragedia. No se han recibido respuestas a preguntas concretas: los nombres de los fallecidos, sus lugares de residencia y registros, la hora, el lugar y la causa de la muerte, y los resultados de un examen patológico y anatómico con la naturaleza de las lesiones que causaron la muerte. Esto significa una cosa: el régimen kievita teme una investigación, porque en el transcurso de la misma se arriesga a revelar su implicación.

No vamos a aguantar tales falsificaciones y seguiremos abriendo los ojos de la comunidad internacional sobre lo que está ocurriendo y hablando de los intentos de manipular la conciencia de las masas.

The Ministry of Foreign Affairs of the Russian Federation
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