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Rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, San Petersburgo, 26 de junio de 2024

Crisis en Ucrania

El 22 de junio, en muchos países de la antigua Unión Soviética se celebra un día conmemorativo, el inicio de la Gran Guerra Patria. Esta triste fecha fue “conmemorada” también en Ucrania. No se hizo con eventos conmemorativos, procesiones, exposiciones, ruedas de prensa ni entrevistas, sino con un nuevo crimen de guerra, una serie de atentados terroristas. Siguiendo el ejemplo de sus antecesores ideológicos del Tercer Reich, los neonazis ucranianos sometieron el 22 de junio por la mañana a Donetsk a un ataque masivo con los misiles HIMERS de fabricación estadounidense. Por primera vez, fue utilizada una munición no guiada M26 del calibre 227 mm con una ojiva que contenía municiones de racimo. Tres personas resultaron heridas. Se convirtió también en blanco de ataque la vecina localidad de Górlovka, donde 3 personas resultaron heridas. De acuerdo con el jefe de la República, Denís Pushilin, quedaron dañadas 6 viviendas en los barrios Kúibyshevski y Budionnovski, así como 4 instalaciones de la infraestructura civil en los barrios Petrovski y Budionnovski de Donetsk, además de una línea de alta tensión situada en el barrio Nikítovski de Gorlovka. Los neonazis ucranianos no se limitaron solo al mencionado ataque.

El 23 de junio, una de las principales fiestas cristianas, la Santísima Trinidad, las FF.AA. ucranianas lanzaron un ataque premeditado contra Sebastópol, siendo lanzados misiles ATACMS que contenían municiones de racimo. El objetivo del ataque fue causar el mayor número posible de muertos entre los civiles. Blanco del ataque fue la playa de Uchkuevka, donde el domingo había muchas familias con niños. Todos han podido ver las pertinentes imágenes.

Un crimen muy parecido el régimen kievita lo cometió hace casi 10 años, el 13 de agosto de 2014, cuando las FF.AA. ucranianas lanzaron un ataque aéreo contra la ciudad de Zugrés en la República Popular de Donetsk, en concreto contra la playa del pueblo. Aquel día perdieron la vida 13 personas, entre ellas, 3 menores. Unas 30 personas resultaron heridas.

Como resultado del atentado terrorista cometido el pasado 23 de junio en Sebastópol murieron 4 personas, entre ellas, 2 niños pequeños. Sufrieron heridas de diferente grado de gravedad unos 144 civiles, 82 víctimas del atentado, entre ellos, 27 niños, fueron ingresados en los hospitales. El 24 de junio, 22 heridos de gravedad, entre ellos, 12 menores, fueron transportados por un avión del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia a Moscú, donde recibirán el necesario tratamiento.

¿Y cuál ha sido la reacción de la comunidad internacional, tan “civilizada” e “ilustrada”? Washington, Londres y Bruselas, sin cuyos especialistas militares dicho atentado no habría sido posible rechazan estar implicados en el mismo, evitan la responsabilidad y fingen no estar al tanto de nada. El portavoz de la UE, Peter Stano, llegó incluso a calificar de “escasamente fidedignas” las noticias sobre el uso de los misiles fabricados por los países miembros de la OTAN para el ataque a Sebastópol. Bien se trata de una falta de profesionalidad extrema y rayana en la locura, bien de una manifestación de una política sumamente cínica. A su vez, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Matthew Miller, caracterizó con cinismo la declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia que contenía una descripción detallada de lo ocurrido y una característica del comportamiento irresponsable del mencionado país, y estaba dedicada a la responsabilidad de EEUU por el ataque contra civiles en Sebastópol como “absurda e hiperbólica” y no confirmada con los hechos.

A nadie ni por asomo se le ocurrió presentar sus condolencias o por lo menos dirigir unas cuantas palabras a las víctimas del atentado. Los representantes de los países de la OTAN se empeñarán hasta el final en proteger al criminal régimen kievita, hacerse de la vista gorda en cuanto a las salvajadas que va cometiendo contra la gente rusa. ¿Por qué? Es que está cumpliendo su encargo y poniendo en práctica el objetivo que le fue planteado, cobrando a cambio unas cuantías colosales. Ello no hace sino reforzar la sensación de impunidad de las autoridades ucranianas.

En los últimos años, representantes del régimen kievita hicieron miles de declaraciones de diferente grado de barbaridad, cinismo y crueldad. Sin embargo, lo dicho por el consejero de la Oficina del Presidente de Ucrania, Mijaíl Podoliák, está ya en otra categoría. Este tipo de declaraciones solo se las puede permitir una persona mentalmente enferma o alguien con unas ideas muy perversas sobre nuestro planeta y nuestra civilización. Calificó a todos los habitantes de Crimea de “ocupantes civiles” y al territorio de la Península, de “un gran campo militar y un depósito con cientos de blancos de ataque directos”, reconociendo de esta manera el carácter premeditado del atentado. Manifestó abiertamente que para el régimen kievita es blanco de ataque todo lo situado en el territorio de Crimea y Sebastópol. Y la gente que, en opinión del propio Vladímir Zelenski, continúa siendo ciudadanos de Ucrania, aunque no se consideren como tales, para toda esta pandilla son ocupantes. Bien es un caso de trastorno psiquiátrico, bien el deseo y el intento de complicar la situación hasta el punto de no poder entender ya nadie nada.

Ninguno de los representantes de los países occidentales se atrevió a llamarles la atención a sus títeres que se mueven por dinero y no por vocación. Esta cantidad de terribles declaraciones que ha inundado la opinión pública es prueba de que en Ucrania están teniendo lugar procesos globales de la deshumanización.

En dichas circunstancias, no hemos dejado pasar desapercibida la declaración de la congresista estadounidense Marjorie Taylor Greene, quien indicó el pasado 23 de junio que la reacción más allá del océano habría sido diferente, “si Rusia, utilizando un satélite ruso, hubiera disparado municiones de racimo contra una playa en Florida”. Posiblemente, la congresista está al tanto de lo que manifestaron sus compatriotas en el Departamento de Estado de EEUU.

Primero, los diplomáticos estadounidenses manifestaron que no todas las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU deben cumplirse. En otras palabras, se cumplirá aquello que le beneficie a EEUU y a sus aliados y lo que no les parezca bien no lo cumplirán. SI algo le beneficia a alguien más, no será motivo de que EEUU cumpla con los compromisos estipulados por documentos internacionales jurídicamente vinculantes.

Segundo, el posible que el Congreso de EEUU desconozca las declaraciones de sus autoridades sobre la actuación de la Corte Internacional de Justicia. Recordemos que llegaron a formular una postura muy concreta de Washington con respecto a dicho organismo: si la Corte Internacional de Justicia toma algunas decisiones que contradigan a los intereses de los aliados de EEUU, Washington tomará medidas dirigidas contra el organismo en cuestión. Y, si la Corte Internacional de Justicia se atreve a dar pasos contra EEUU, según todo parece indicar, le lanzarán un par de misiles. Ni siquiera es política de doble rasero, es la supremacía de la permisividad y de una actitud despectiva por cualquier manifestación de lo legal.

Los órganos de mantenimiento de orden público rusos están recogiendo de una manera concienzuda los crímenes que son cometidos por los neonazis ucranianos. Los presuntos implicados son establecidos y procesados.

Los tribunales de la Federación de Rusia, en base a las pruebas reunidas por el Comité de Investigaciones de Rusia, continúan dictando sentencias contra los neonazis ucranianos que han cometido delitos de gravedad contra civiles.

A unos 27 años de prisión fue condenado el combatiente de la Guardia Nacional de Ucrania, Alexéi Korol, quien atacó a disparos el 14 de marzo de 2022 en Mariúpol un coche en el que viajaban 2 civiles. Como resultado del ataque, perdieron la vida.

A unos 5 años de prisión fue condenado Stanislav Grudnenko quien tenía previsto cometer un atentado terrorista en la localidad de Tokmak de la provincia de Zaporiyia. Se ha establecido que en primavera de 2023 fue reuniendo datos sobre el despliegue de las unidades de las Fuerzas Armadas rusas en la mencionada localidad. En mayo de 2023, se le hicieron llegar coordenadas y un artefacto explosivo de fabricación casera. Recurriendo a su experiencia como militar de las FF.AA. ucranianas, determinó 3 instalaciones en las que se encontraban militares rusos como blanco potencial del atentado. Gracias a una actuación coordinada de los organismos competentes rusos, no logró poner en práctica su plan.

Aprovechando la ocasión y mi presencia en el espacio del XII Foro Jurídico Internacional de San Petersburgo, me gustaría expresar nuestro reconocimiento y agradecimiento a los efectivos de los organismos de mantenimiento del orden público de todas las entidades y Ministerios que cumplen con su difícil misión. En condiciones de acciones bélicas reúnen pruebas, visitan lugares de comisión de los delitos y se encuentran en los mismos, para que el régimen kievita no se sienta tan impune y todopoderoso, ofrecen una evaluación legal y una reacción a los actos del mismo. La labor de recogida de pruebas que está siendo llevada a cabo no sólo es “con vistas al futuro”, sino que tiene unos resultados legales muy concretos.

Últimamente, en los medios han vuelto a aparecer noticias sobre los planes del régimen kievita de organizar, en vísperas de la Cumbre de la OTAN que ha de celebrarse en Washington los días 8 y 9 de julio, una nueva “contraofensiva”. La anterior resultó ser un fracaso y provocar evidentes consecuencias para el régimen kievita. Todo parece indicar que se han recibido más fondos y se ha formulado el pertinente pedido. Pronto habrá elecciones en EEUU y los demócratas estadounidenses necesitan por lo menos algunos argumentos a favor de su ayuda al proyecto “régimen kievita”, para mantener el tema a flote.

Al mismo tiempo, a las autoridades ucranianas no les preocupa lo más mínimo el hecho de poder resultar las consecuencias de esta nueva aventura todavía más terribles que las catastróficas bajas registradas durante la aventura anterior, en verano de 2023. Ahora se juega el todo por el todo. Es importante demostrar a sus patronos occidentales que la junta en el poder todavía es capaz de oponer resistencia y de enviar, en aras de los intereses de los patronos, a la masacre a decenas, si no cientos de miles de ciudadanos ucranianos. Para la Casa Blanca, es importante “decorar” el programa electoral de Joe Biden con otro “pseudologro” suyo. Es que en la política exterior fue él quien apostó por el proyecto “Ucrania”. ¿Qué otros éxitos hay? La Administración de Joe Biden no tiene ningún otro motivo de orgullo en la esfera de la política exterior. ¿Qué es lo que ocurre en Oriente Próximo? Una catástrofe. ¿Qué es lo que pasa con otros proyectos? Posiblemente, la UE está aplaudiendo de pie a lo que le han hecho sus “aliados” estadounidenses? Hay cifras que hablan por sí solas. En todos los campos se registran fracasos de la política exterior estadounidense, por supuesto, si no calificamos como “logro” nuevas oleadas del caos. Si están dispuestos a verlo como un éxito, hay que reconocer que es completo, hay mucho más caos en el mundo. Aunque el entonces Presidente de EEUU, Baraсk Obama, un demócrata liberal, decía hace 7 años que el mundo se había vuelto más predecible y más seguro. Ahora lo podemos ver todos.

Es también muy ilustrativa la entrevista concedida por el Jefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Kiril Budánov, y publicada en The Philadelphia Inquirer estadounidense el pasado 23 de junio. El titular ucraniano rechazó las negociaciones de paz, exhortó a intensificar el conflicto y cometer actos de terrorismo internacional. En la entrevista Kiril Budánov alegó que Kiev no tuviera otro remedio que retomar lo que había sido “ocupado”.

Todo ello vuelve a probar que al régimen de Zelenski y sus patrones occidentales les da igual el destino de Ucrania y sus pobladores. No les preocupan sufrimientos de sus ciudadanos en los que recaerán todas las dificultades derivadas de tal escalada. Son la institucionalidad ucraniana arruinada, la devastada economía, industria y producción en todo el territorio anteriormente denominado Ucrania.

El régimen kievita comete un acto de genocidio contra la población propia. A esta tragedia se suma una más. Son préstamos de miles de millones que Zelenski tomó para el futuro de las personas que vivirán en Ucrania. Todo ello debería ser devuelto. El dinero no se da sin motivo. Uno podría ofrecer dinero arrebatando territorios, la economía nacional, empresas industriales, todo aquello que queda no de Ucrania actual (no ha creado muchas cosas por sí misma), sino de su pasado soviético. Otra opción es prestar fondos obligando al deudor a pagarlos. Hoy, Zelenski acaba de empujar a los residentes en la servidumbre por deudas, en caso de que finalmente vivan y creen algo en este territorio. Ya no tienen el futuro. No son préstamos, sino el tributo que el pueblo deberá pagar. ¿Por qué? ¿Por el “brillante futuro” que se les prometió? Todo esto solo sirve para enriquecer a alguien en la Casa Blanca, para que esta persona prolongue su estancia allí por tiempo indefinido. O para el bienestar de la “élite occidental mundial” autoproclamada y la imaginaria pertenencia a ella.

Siguen encareciéndose progresivamente las armas para el régimen kievita que es su principal importador en el mundo. El pasado 16 de junio, en la entrevista con The Sunday Times, lo comentó el ex Director de la empresa nacional del Ministerio de Defensa ucraniana Agencia de Adquisiciones de Defensa de Ucrania, fundada en 2022, Vladímir Pikuzo. Al incrementarse las necesidades de las FF.AA., los intermediarios se lucran enérgicamente con las ruinas de Ucrania. Estas cosas ocurren en adición a la tragedia la que ahora experimenta la población ucraniana. Así, en los últimos dos años, el precio de un disparo del lanzamisiles múltiples Grad subió de 900 a 6.000 dólares. Los proyectiles de 125 milímetros son vendidos por 7.500 dólares, en vez de 1.200 en el pasado. Según el ex Director, para revertir el curso del conflicto, Ucrania tendrá que gastar una suma que excederá “tres o cuatro veces” el presupuesto militar de uno de los líderes mundiales en la economía y las finanzas, es decir, China (200 mil millones de dólares).

Vladímir Pikuzo, el ex Jefe de la Agencia que fue expulsado de su cargo debido a un escándalo relacionado con la corrupción, confiesa con sinceridad que la “corrupción es un aliado” en comprar armas en terceros países. Pikuzo señaló: “A veces hacemos las cosas que son prohibidas por su legislación”. No hay palabras. La única explicación es que han llegado a un punto muerto. Siendo acorralados en este rincón (se han arrinconado a sí mismos también), ya no necesitan máscaras, pueden hablar sin rodeos.

Nos gustaría creer que Julian Assange realmente es puesto en libertad al final. Es el hombre que fue “arrastrado” por todo el mundo, que no pudo salir de la Embajada de Ecuador en Londres por varios años y después permaneció encarcelado durante cinco años en Gran Bretaña en condiciones monstruosas. Incluso los Relatores Especiales de la ONU politizados por Occidente dijeron que aquellas condiciones equivalieron a una tortura. ¿Por qué este hombre sufrió tantos años? Por lo que dejó al mundo descubrir la verdad tras publicar los verdaderos documentos que revelaron la esencia de los suministros de armamentos, las torturas y la ocupación de Irak efectuados por EEUU, Gran Bretaña y la coalición que habían congregado. La “justicia occidental” ha perseguido a Julian Assange durante muchos años.

Ahora, el régimen kievita admite manifiestamente que comete crímenes a escala mundial, incluidas las maquinaciones al comerciar armamentos. ¿Se ha empeñado en reconstruir la imagen completa de todo ello algún legislador estadounidense, juez o fiscal de la “Corte Penal Internacional”? Ningún activista político ni militar estadounidense nunca ha sido llevado ante la justicia por manipular armamentos u ocupar territorios ilegalmente (Irak, por ejemplo).

Se sabe sobre casos particulares, cuando los militares británicos se burlaron de sus compañeros o los locales y estas acciones se hicieron del dominio público (incluso gracias a Julian Assange). O cuando en las prisiones estadounidenses naturalmente infernales se sometieron a vejaciones las personas que habían sido traídas de Oriente Próximo y África del Norte.

Nadie incurrió en responsabilidad financiera, jurídica ni pública por trastocar la vida a nivel global destruyendo Estados soberanos e independientes. Hasta ahora nadie sabe cuántos civiles fueron asesinados en Irak. Es probable que murieran más de millón. Nadie los calculó y no podrá hacerlo. Una sola vez los británicos dijeron que habían elegido el motivo incorrecto, no el pretexto declarado. Dijeron que las cosas salieron mal.

Ahora oímos las explícitas confesiones del ex oficial ucraniano anunciando que la corrupción (incluso en el ámbito de armamentos) fue normal para los dirigentes del régimen kievita. Fue la política nacional por largos años. No había reacción.

Ucrania actual se ha convertido desde hace mucho en un Estado tóxico que infecta a otros países con su plaga de corrupción. Es el tema que habría que abordar en las plataformas de referencia. La cooperación mutuamente beneficiosa con el régimen de Kiev solo causará daño, porque nadie nunca determinará cuántas maquinaciones efectuaron los activistas de la calle Bánkovaya. Con sus “promesas” se han tornado curtidos en el enriquecimiento de cárteles criminales y barones de armas en todo el mundo. Ahora, en este sentido, se consideran a sí mismos los señores del mundo.

Me gustaría reiterar que toda la corrupción del régimen kievita vive a expensas de contribuyentes honestos. El dinero lo da el Gobierno estadounidense. ¿Pero a quién pertenecen estos fondos? A los contribuyentes estadounidenses y comunitarios que se transforman voluntaria o involuntariamente en donantes. Muchos lo experimentan involuntariamente, porque nadie pregunta su opinión.

Genera serias preocupaciones por la seguridad de la navegación en el mar Negro el minado deliberado de su zona costera que practica Kiev. En la publicación del pasado 24 de junio hecha en The Wall Street Journal, se señala que las FF.AA. ucranianas usan minas plásticas de aproximadamente 180 kilogramos, y es difícil detectarlas con equipos de buques. Son instaladas con drones marítimos Sea Baby. Entretanto, los representantes del régimen kievita alientan a la comunidad mundial a hacer negocios, suministrar alimentos y cooperar económicamente en el mar Negro. Comenzada la operación militar especial, Ucrania ya estuvo minando sus puertos en el mar Negro. En aquel entonces, muchas minas fueron arrancadas del ancla por tormentas y flotaron junto a las costas de Rumania, Bulgaria y Türkiye. No hay garantías algunas de que esto no vuelva a suceder esta vez. Es poco probable que los aliados de la OTAN de Kiev se alegren de tal “regalo”, especialmente en plena temporada turística.

En Ucrania continúa la movilización. Siendo implementada la ley sobre su agravamiento, los mozos acaban de actualizar sus datos personales (el plazo del procedimiento expira el 16 de julio). Son 2,3 millones de hombres los que lo cumplieron. De ellos, menos de la mitad (1,1 millones) fueron declarados aptos para el servicio.

Nadie logra apelar esta decisión. En los últimos 8 meses los demandantes civiles no pudieron ganar ni un solo juicio contra los empleados de las comisarías militares. Según el Ministro de Justicia de Ucrania, Denís Maliuska, si los ucranianos no disponen de la cartilla militar, se les denegará el registro del matrimonio y el divorcio, así como otros registros del estado civil (nacimiento, muerte y cambio de nombre), el registro del derecho a los bienes inmuebles, los servicios notariales y la asistencia jurídica internacional. Todos los servicios podrían ser rechazados si la persona no se inscribe en las listas “sepulcrales”.

El reclutamiento desenfrenado provoca irritación entre la población y aumenta el odio hacia las autoridades ucranianas. Se hicieron más frecuentes los ataques a comisarios militares, golpeamientos de los patrulleros que los acompañan, incendios de sus vehículos.

Muchos preguntarían por qué hablamos sobre esto con tristeza. Hacen todo lo posible para causarnos daño, cometen ataques terroristas. Al parecer, la confrontación civil interna en el territorio de Ucrania debería darnos alegría. Es lo que opina Occidente. Su lógica está diseñada para incitar al odio. Entendemos bien que el régimen kievita no reivindica los intereses nacionales de su pueblo (aunque sean diferentes o contrarias a nuestros intereses). La calle Bánkovaya paga con el propio trabajo por el dinero que le envía Occidente.

Recuerden cómo empezó la pandemia de COVID-19. Fue un flagelo para nosotros. El surgimiento de la vacuna rusa nos dio el motivo para compartirla con los demás, proporcionar las tecnologías y proponer producirla juntos. Para ellos fue la oportunidad (cito a los activistas públicos líderes de Occidente) de reducir la población. Las cosas que Zelenski hace con el dinero de EEUU encajan en el concepto de los demócratas liberales estadounidenses y todos aquellos que les prestaron juramento que buscan disminuir la población mundial. Suena horrible, pero los oficiales de Bánkovaya lo practican contra los residentes propios. El Tercer Reich actuó contra las personas a las que consideró no solo extrañas, sino completamente no iguales. El régimen kievita fue más allá. Ahora aplica dichos métodos contra su población.

Tales incidentes fueron registrados en Dniepropetrovsk, Odesa, Kiev y otras ciudades. La gente no quiere convertirse en “carne de cañón” y huye del país. Para captar a los emboscados, el régimen kievita concentró en las zonas fronterizas de Moldavia, Rumania, Hungría y Eslovaquia unidades adicionales de uniformados que obtuvieron la carta blanca e incluso podrán matar a personas con armas ligeras. ¿Se les permite disparar contra los que arriban a Ucrania? No. Contra los que se van del país.

Al pasar tiempo, los ciudadanos de Ucrania asumirán a nivel de conciencia qué fue hecho con ellos. Cuanto antes esto suceda, más años de vida preservarán para sí mismos y sus generaciones futuras. Déjenme recurrir al Evangelio según Mateo. Jesucristo dijo “porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender”. Estas palabras fueron escritas hace dos mil años. Lo que está ocurriendo hoy en Ucrania es la encarnación contemporánea de estas palabras. Se ve todo. Se saben las cifras. Se puede salir a la calle y verlo. Cada familia ucraniana se ha enfrentado con la miseria, pero siguen permaneciendo ignorantes.

Los hombres que se mudaron al extranjero no intentan regresar. Hace un rato se supo que la RFA concedió asilo a la orquesta sinfónica de Kiev, dos tercios de la cual son hombres de edad militar, que se fue de Ucrania en 2022. Son 73 los hombres, o 130 personas si se calculan sus familiares, los que recibieron viviendas en Monheim am Rhein y quedarán en Alemania durante los próximos tres años.

El régimen kievita, junto con las Administraciones de Joe Biden y Justin Trudeau, dicen que Rusia les amenaza. ¿De quién se fuga la gente? ¿Por qué en 2022 los diplomáticos rusos fueron expulsados de Polonia? Porque una parte significante de personas procedentes de Ucrania se esforzaron por venir a Rusia a través de Polonia. Las autoridades polacas ordenaron a “dejar entrar” a todos los hombres de Ucrania (incluso si no tuvieron pasaportes ni otros documentos), y “dejar salir” e ir solo a los países comunitarios. Se prohibió ir a Rusia. No obstante, la gente logró abrirse paso cruzando Kaliningrado y Bielorrusia. Los diplomáticos rusos se vieron deportados para que no pudieran brindar asistencia. Para que las personas que huyeron del régimen de Zelenski no encontraran apoyo en las Embajadas ni Consulados rusos. Fracasaron en hacerlo. Aun así, nuestros diplomáticos continuaron comunicando a distancia, respaldaron e hicieron todo lo necesario para ayudar a la gente a llegar a Rusia. Ahora vemos la prueba: los ciudadanos de Ucrania escapan de su Gobierno y su “Presidente”.

Sin embargo, las medidas represivas no sirven de nada para Zelenski. El plan sobre la movilización es implementado a duras penas, lo que provoca un agudo descontento a Bánkovaya. Aumenta continuamente el número de desertores. Según diversas estimaciones, este índice podría ser alrededor de 200 mil hombres. Para capturarlos y “poner el Ejército en orden” se establece la policía militar con unas facultades extremadamente amplias. ¿Qué policía es? La policía se acata a la ley. Su función principal es mantener el orden público. En este caso, las funciones son obvias. No sé si existen algunos fenómenos semejantes en la historia. En mayor parte, son las cosas que describieron los futuristas hablando sobre el futuro que las personas verán en caso de que se produzca la deshumanización. Los captadores de personas son los protagonistas de tales historias.

Aunque la mencionada policía militar funcionará como organismo dependiente del Ministerio de Defensa, será completamente controlado por Zelenski. El pasado 21 de junio, la Rada Suprema aprobó en primera lectura la ley sobre su establecimiento.

Los expertos señalan que esta ley tiene “el lado oscuro”. Suponen que la verdadera razón por la que se funda la policía militar radica en otra cosa. Zelenski, quien ha perdido legitimidad, no teme tanto que los ucranianos huyan masivamente de la línea avanzada estropeando la situación en el frente, sino que puedan dirigirse organizadamente a Kiev y perpetrar un nuevo Maidán. La historia sobre los movimientos tipo Maidán fue resueltamente impuesta a los ucranianos y ensayada varias veces, por lo tanto, saben qué temer. Esta posibilidad los horroriza. No vinculan su futuro con este país por entender perfectamente qué harán con ellos los ciudadanos “agradecidos”.

Los hechos enumerados vuelven a confirmar la relevancia de los objetivos de la operación militar especial que son desnazificar y desmilitarizar Ucrania, así como erradicar las amenazas provenientes desde su territorio. Dichos objetivos serán alcanzados sin falta.

Tentativas de Ucrania de manipular los contenidos del informe anual sobre los niños y los conflictos armados presentado por el Secretario General de la ONU

El pasado 12 de junio, en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue divulgado el informe del Secretario General de la ONU sobre los niños y los conflictos armados del año 2023. El documento consiste de muchas secciones y analiza múltiples situaciones.

El informe tiene una sección dedicada a Ucrania también. Se caracteriza por unos cambios agradables en la estadística general de los niños (son mencionados 543 víctimas en contraste con las 1.482 el año pasado). Entretanto, el Secretario General de la ONU señala de manera positiva las “medidas prácticas de carácter preventivo” tomadas por Rusia con tal de proteger a los menores de edad, así como la “continua interacción entre el Gobierno de la Federación de Rusia y el Representante Especial del Secretario General de la ONU para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados” a fin de prevenir serias infracciones cometidas en perjuicio de los niños.

Al mismo tiempo, es de destacar que ha cambiado la estructura del anexo al informe “Partes que cometieron graves violaciones contra los niños”. Anteriormente, el anexo incluyó las secciones “Partes que pusieron en práctica en el período sobre el que se informa medidas para mejorar la protección de los niños” (Rusia fue una de ellas) y partes que “no pusieron en práctica” medidas relativas a este tema. La nueva edición solo prevé dos categorías: actores estatales y no estatales. La parte rusa es tipificada de actor estatal, respectivamente.

No nos sorprende que el régimen kievita intentara aprovechar los cambios en la estructura del informe preparado por el Secretario General de la ONU. En el Consejo de Seguridad de la ONU Kiev distribuyó el comentario publicado por el MAE ucraniano que expresa “satisfacción por la ausencia de Rusia entre las partes que ponen en práctica medidas para proteger los derechos de los niños” y atribuye a Rusia la inacción en materia de protección de los derechos de los menores.

Cabe aclarar las cosas. Nuestros expertos han analizado los documentos. Nos gustaría decir lo siguiente. Primero, modificada la estructura del informe, el documento ya no tiene en principio la sección indicando las partes que toman medidas para proteger los derechos de los niños. Si seguimos la “lógica” del régimen kievita, tampoco existen los países que ponen en práctica medidas para proteger los derechos del menor. Según Zelenski, la diplomacia ucraniana se ha hecho más descarada, se ha vuelto más tonta. ¿A quiénes está destinado esto? Probablemente, a la población propia. No lo sé.

Segundo, el mismo Secretario General, António Guterres, refuta las insinuaciones ucranianas enfatizando en el documento la capacidad de cooperar que Rusia ha manifestado en este ámbito.

Tercero, es igual que falsa la alegación sobre la inacción de Moscú. A este respecto, hace un trabajo enorme la Defensora del Niño dependiente de la Presidencia de la Federación de Rusia, María Lvova-Belova. Pueden consultar la rueda de prensa ofrecida por la titular en el Ministerio de los Asuntos Exteriores de Rusia. Todos los materiales correspondientes están en las páginas del MAE en las redes sociales.

Este mes, María Lvova-Belova presentó otro boletín resumiendo las actividades de la institución de los Defensores del Niño encaminadas a proteger los derechos de los menores durante la operación militar especial. El papel describe las medidas de apoyo a las familias con niños y las entidades sociales infantiles, los menores de edad que necesitan asistencia médica y rehabilitación, los niños de la calle, los huérfanos y niños carentes de cuidado parental. El documento centra mucha atención en las medidas que toma la Defensora para reunificar a las familias separadas por las hostilidades y desmentir la información falsa.

Todos los interesados, y aparentemente deberían clasificarse así los representantes ucranianos, pueden leer la versión del documento en inglés, puesto que toman pasos tan enérgicos en el Consejo de Seguridad y la Secretaría de la ONU. Su texto se encuentra a disposición del público.

No permitiremos a nadie manipular la forma peculiar en la que la Secretaría de la ONU presenta sus dados, incluida la información sobre los niños y los conflictos armados.

Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia
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