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Discurso pronunciado por el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov, en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Veinte sobre la reforma en la gobernanza mundial, Rio de Janeiro, 22 de febrero de 2024

Estimados colegas:

El Grupo de los Veinte sigue considerando la prioridad mantener la eficacia del sistema de gobernanza económica mundial. Hoy, ante los crecientes retos y amenazas globales, resulta ser evidente la necesidad de reformar la existente estructura multilateral que ya no refleja las realidades actuales.

En los años recientes, se han intensificado notablemente la formación de un orden mundial multipolar justo que es carente del centro y la periferia expresamente delimitados. Los Estados asiáticos, africanos y latinoamericanos se convierten en unas entidades que tienen valor en sí mismas en la economía mundial, y a menudo marcan la pauta y determinan su dinámica. Según los resultados de 2023, el porcentaje de los BRICS en el PIB mundial por paridad del poder adquisitivo aumentó hasta el 35% y superó el peso específico del G7, que es del 30,3%. Conforme a los últimos pronósticos del FMI, la velocidad con la que crece la economía en los países con mercados en desarrollo excederá la mundial, que es del 3,1%, y totalizará el 4,1% en 2024 y el 4,2% en 2025. En este contexto, muchas economías occidentales, especialmente las europeas, se encuentran en un estancamiento natural. Son las estadísticas ofrecidas por las instituciones manejadas por el Occidente, o sea el FMI, el Banco Mundial, la OCDE.

Estas entidades se vuelven artefactos del pasado. El predominio del Occidente va influenciando en su capacidad de responder a las exigencias de la época, y hoy es absolutamente obvio que los problemas pendientes en la humanidad solo pueden superarse sobre la base consolidada y si se respetan los intereses del Sur global y la totalidad de las realidades económicas mundiales.

Por desgracia, la corriente reformación de las instituciones de gobernanza globales está patinando. Los países occidentales buscan preservar las posiciones dominantes. EEUU no está listo para abandonar la acción de oro y el estatus del mayor accionista en el FMI. Washington sabotea la implementación de los compromisos contraídos por los líderes del G20 en 2010 encaminados a garantizar una mayor representación de los países en desarrollo en los mecanismos multilaterales. En resultado, las instituciones de Bretton Woods dejan de ser estructuras profesionales y se transforman en unas plataformas para ajustar cuentas y financiar los “clientes políticos” del Occidente, lo que daña el futuro progreso de los países representando la mayoría mundial.

Ahora, en los organismos como el FMI, el Banco Mundial, el BERD y el BEI, tienen prioridad absoluta las necesidades de Kiev en el sector militar y otros. Para sustentar a su secuaz, el Occidente ha entregado más de 250.000 millones de dólares estadounidenses, mientras que el financiamiento del fomento en otras partes del mundo padece un déficit crónico. Ucrania absorbe la parte del león de dinero, condenando África y otras regiones del Sur global a una ración frugal. El programa de asistencia para Kiev sumando 15.600 millones de dólares (el 577% de la cuota), avalado en enero de 2023, excede los préstamos semestrales otorgados por el FMI a todos los Estados africanos.

No pueden calificarse de “garantes” de la estabilidad financiera los Estados que se desacreditaron tras usar un abanico de medidas ilegítimas para ajustar cuentas con los oponentes geopolíticos, desde sanciones unilaterales, apropiación de activos soberanos y propiedad privada, hasta bloqueos, embargo y discriminación de los operadores económicos por motivos de nacionalidad. El Occidente colectivo tiene el único camino, que es reconocer el nuevo equilibrio de poder en el escenario internacional y dejar de obstaculizar la redistribución de las cuotas con derecho a voto en el FMI y el Banco Mundial, así como usar la OMC como una herramienta de la competencia injusta.

No se duda que la democratización del sistema de gobernanza económica mundial requiere estructuras nuevas que estén originalmente orientadas en avenencias y el beneficio mutuo. Hoy contemplamos una dinámica positiva en el fortalecimiento de tales uniones. Entre ellas, están los BRICS, la OCS, la ASEAN, la Unión Africana, la Liga Árabe, la CELAK, la UEEA. Además, se promueven las iniciativas por conjugar distintos modos de cooperación multilaterales, por ejemplo, la idea rusa de la Gran Asociación Euroasiática. Se ve que la economía mundial expande la gama de herramientas que incrementan la competitividad y el rendimiento de sus sujetos. Desde nuestra óptica, son también los pagos en moneda nacional que van cobrando impulso. En el comercio de Rusia con los socios clave dichos pagos ya han alcanzado en torno a un 90%. Esto es la respuesta a la transformación del dólar y otras divisas occidentales en el arma para combatir los rivales.

Este año, Rusia preside los BRICS. Esta asociación acaba de recibir unos miembros nuevos. Vamos a empeñarnos en consolidar las capacidades de este organismo y sus vínculos con el Grupo de los Veinte. En este contexto, encomiamos la iniciativa de nuestros amigos brasileños por invitar a los eventos del G20 a los representantes del Nuevo Banco de Desarrollo. En la Cumbre celebrada en Nueva Delhi, los participantes del G20 volvieron a votar en favor de “ampliar la representación y el fortalecimiento de la voz de los países en desarrollo en las instituciones económicas y financieras internacionales”. Partimos de que, esta vez, no son solo palabras vacías, sino un compromiso de proceder a acciones prácticas.

Muchos colegas han mencionado la reforma del CS de la ONU. El problema está arraigado en la misma cosa, que el de las entidades de Bretton Woods. Es la clara subrepresentación de los Estados en desarrollo en la toma de decisiones. Al tener en cuenta que 6 de los 15 miembros del CS de la ONU representan hoy el bloque occidental, podremos facilitar la ampliación de este órgano exclusivamente mediante la incorporación de los países de Asia, África y América Latina.

Le Ministère des affaires étrangères de la Fédération de Russie
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