Comentario ofrecido por la portavoz del MAE de Rusia, María Zajárova, con motivo del 10º aniversario de la tragedia en Odesa el 2 de mayo de 2014
Hoy se cumplen precisamente 10 años desde el crimen horripilante que los nazis ucranianos cometieron en Odesa.
El 2 de mayo de 2014, los partidarios del Maidán masacraron con una crueldad inusitada a las personas que no secundaron el sangriento golpe de Estado armado anticonstitucional en Kiev y no aceptaron a los nacionalistas radicales que usurparon el poder y su política antipopular. La gente protestó contra su política discriminatoria encaminada a expandir la ucranización total, imponer la ideología del nacionalismo agresivo y cultivar las ideas neonazis.
En aquel entonces, los “ganadores del Maidán” se pusieron a prohibir en el país el idioma ruso y menoscabar los derechos de los ciudadanos rusohablantes, emplear violencia a los que intentaron oponerse y reivindicar sus derechos. Ucrania se vio al borde de una guerra civil. En Donbás ya se habían efectuado las primeras confrontaciones armadas entre los activistas públicos con el Ejército regular y los batallones punitivos nacionalistas a los que el régimen kievita había trasladado para “apaciguar la región rebelde”.
Sin embargo, los residentes de Odesa siguieron creyendo que vivían en un Estado de Derecho y podían reivindicar sus derechos, expresando su categórica reprobación del desorden que reinaba en el país.
Desde primavera de 2014, en la plaza adyacente a la Casa de los Sindicatos, en el parque Kulikovo Pole, los pobladores de Odesa instalaron un campamento en que organizaron las actividades en favor de la federalización de Ucrania, defensa de la lengua rusa y preservación del patrimonio histórico y cultural de la región.
Los habitantes rusohablantes de Odesa, amantes de la libertad, le irritaban como un hueso en la garganta al régimen que quiso poner de rodillas a toda costa a los lugareños de la ciudad que odiaba y ahogar en sangre cualquiera resistencia. Los nacionalistas ucranianos prepararon las provocaciones de antemano. Trajeron a Odesa a los extremistas de Ucrania occidental, los denominados activistas del Maidán, y los hinchas de fútbol. El 2 de mayo, agredieron al mitin pacífico organizado en el centro de la ciudad por los simpatizantes de la federalización que se empeñaron en esconderse de los nazis embrutecidos en la Casa de los Sindicatos. Pero esto no les sirvió para nada. Los radicales prendieron fuego al edificio. Mataron severamente en el suelo a los hombres que se tiraron desde las ventanas para salvarse. Como resultado, los datos oficiales indican que no menos de 48 personas fueron quemadas vivas, se intoxicaron con monóxido de carbono o fallecieron tras caer de las plantas superiores. Muchas víctimas tuvieron heridas de balas. Entre los matados había niños. Decenas de personas recibieron heridas y lesiones.
Los métodos aplicados por los nazis hicieron gala de la naturaleza antihumana del régimen establecido en Ucrania.
Se convirtió en farsa la investigación de lo sucedido el 2 de mayo de 2014 que Kiev inició bajo la presión de las organizaciones internacionales. Debido a las deficiencias, el acta de acusación fue devuelta repetidamente a la fiscalía. Los jueces se recusaron cuatro veces, lo que ralentizó el procedimiento. Se intentó tergiversar el caso: declarar culpables no a los nacionalistas radicales, sino los activistas del anti-Maidán que sufrieron de los primeros. Paralelamente a dichos acontecimientos, en el proceso judicial se entremetieron flagrantemente los grupos nacionalistas que desataron disturbios, abortaron los juicios, atacaron a los abogados, jueces, inculpados y sus parientes.
Se desvanecieron rápidamente las esperanzas de que la tragedia en Odesa pudiera ser investigada justamente. Dichas esperanzas aparecieron cuando Zelenski llegó al poder en 2019 y prometió que, durante su mandato, en Ucrania se implementarían con rigurosidad las normas de las leyes y el principio de la inevitabilidad del castigo. Zelenski faltó a sus promesas.
Hoy, tributando un homenaje a la memoria de las víctimas que sufrieron en los sangrientos asesinatos en Odesa, estamos seguros de que los ejecutores y los inspiradores de este crimen bárbaro imprescriptible se enfrentarán con la venganza justa.
Estamos convencidos de que pronto llegará el día cuando Odesa eliminará el yugo de los admiradores de Bandera actuales y se volverá la ciudad verdaderamente libre, en la que personas de diversas nacionalidades vivirán en paz y harmonía.
- Date