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Excerpta de la rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, 18 de julio de 2024

Crisis ucraniana

El régimen kievita que se está consumiendo se ha centrado en lanzar atentados terroristas contra ciudades y pueblos rusos, vertiendo en sus habitantes su impotencia y su rencor provocados por sus fracasos en el campo de batalla. Contra gente inocente son usados armamentos enviados por el llamado Occidente colectivo, lo que convierte a los países occidentales en partícipes de terribles maldades y atentados cometidos por el grupo criminal encabezado por Vladímir Zelenski. Por desgracia, con frecuencia caen víctimas los niños.

El pasado 11 de julio, en la localidad de Shebékino de la provincia de Bélgorod, los seguidores de Stepán Bandera lanzaron desde un DRON un artefacto explosivo directamente sobre 5 niños que estaban jugando en un patio. Los menores sufrieron lesiones de diferente grado de gravedad. No cabe la duda de que se trata de un atentado premeditado y planeado. El mismo día Shebékino y las localidades cercanas fueron sometidas por las FF.AA. ucranianas a un ataque con artillería. Resultaron heridas unas 22 personas, se causaron daños a los edificios residenciales e instalaciones de la infraestructura civil.

El pasado 13 de julio, como resultado de un ataque a Shebékino, causaron heridos 8 habitantes de la localidad. El mismo día, en la localidad de Górlovka, los neonazis arrojaron desde un DRON un objeto relleno de material explosivo, causando heridas a 3 civiles, entre ellos, un menor de 12 años de edad.

El pasado 14 de julio, las FF.AA. ucranianas atacaron con un sistema de lanzamisiles múltiple la localidad de Oktiabrski de la provincia de Bélgorod, quedando heridas 4 personas, incluido un bebé de 9 meses de edad.

El pasado 15 de julio, como resultado del ataque lanzado por los neonazis contra la localidad de Nikólskoye (República Popular de Donetsk), perdió la vida 1 personas.

Ayer, día 17 de julio, en la zona de la localidad de Tserkovni de la provincia de Bélgorod, un FPV DRON ucraniano atacó un coche en el que viajaba una pareja joven. Ambos resultaron muertos en el acto.

Todos estos crímenes es obra del grupo criminal que es el régimen kievita, de la junta, si se quiere. El nombre no importa. Es obra de las manos de estos desechos terroristas que se han establecido en el centro de Kiev y reciben fondos de EEUU y el Reino Unido, en primer lugar. Cuentan también con unas subvenciones colosales por parte de la Unión Europea. Los organismos de mantenimiento del orden público rusos recogen cada crimen cometido y a todos los implicados se les obligará a asumir la responsabilidad, en plena correspondencia con la legislación rusa vigente.

Los tribunales rusos, en base a las pruebas recopiladas por el Comité de Investigaciones de Rusia, continúan dictando sentencia contra los neonazis ucranianos por los crímenes, acciones delictivas y atentados dirigidos contra civiles que cometieron.

El Comité de Investigaciones de Rusia formuló acusaciones a distancia contra el ex Jefe de la Fuerza Aérea de las FF.AA. ucranianas, Serguéi Drozdov, el ex Jefe de la Dirección de operaciones especiales de las FF.AA. ucranianas, Ígor Lunev, y ex Jefe de las Unidades de Misiles y Artillería, Jefe adjunto de las fuerzas de tierra de las FF.AA. ucranianas, Viacheslav Gorbylev. En diferentes momentos, entre 2015 y 2021, dirigieron “la operación de las tropas de tierra” llevada a cabo en el sudeste de Ucrania. Como resultado de sus acciones delictivas, perdieron la vida o resultaron heridas, unas 177 personas, como mínimo, entre ellas, 8 niños. Quedó dañado el total de 190 instalaciones de la infraestructura en la República Popular de Donetsk y en la República Popular de Lugansk. Se están tomando medidas que propicien su detención.

Están recibiendo su merecido los mercenarios extranjeros que participan en las acciones bélicas del lado del régimen kievita. De acuerdo con los datos del Comité de Investigaciones de Rusia, se han formulado cargos contra 714 ciudadanos extranjeros. Contra 422 ciudadanos extranjeros fue dictada la orden de busca y captura.

Fue sentenciado a distancia a cadena perpetua el militante del batallón nacionalista Azov, Arsen Dmytryk, quien en marzo de 2022 ordenó a sus subalternos disparar contra edificios residenciales e instalaciones de la infraestructura civil en el barrio Vostochni de Mariúpol. Como resultado, perdieron la vida 2 personas. Contra él se ha dictado una orden de busca y captura.

A 25 años de cárcel fue sentenciado a distancia el neonazi V.Diatka, quien en marzo de 2022, en Mariúpol dio a un francotirador de las FF.AA. ucranianas la orden de disparar a muerte a un civil. Contra él fue dictada una orden de busca y captura. La causa penal abierta contra el ejecutor de la criminal orden está siendo estudiada por el pertinente tribunal.

Me gustaría volver a señalar que son tan solo algunas de las numerosas conclusiones de los órganos de mantenimiento de orden público y de justicia con respecto a los crímenes cometidos por el régimen kievita. Esta labor continuará.

No hemos dejado pasar desapercibidas las declaraciones del Jefe de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Rusia, Kirill Budánov, quien el pasado 13 de julio, en una entrevista al semanal ucraniano NV hizo una confesión sobre los atentados fallidos contra el Presidente de Rusia, Vladímir Putin. No cabe la duda de que este tipo de crímenes fueron planificados y financiados con la participación directa de los patronos anglosajones del régimen kievita. Los fondos acuden a raudales. Ninguno de los actos delictivos, ninguno de los atentados cometidos contra la población civil y representantes de diferentes ramas del poder en ninguna ocasión en todo este período de tiempo fueron condenados por los países occidentales a nivel nacional o de forma colectiva, ni en el espacio público ni en el marco del trabajo activos en ningún espacio internacional. Representantes de EEUU, ni del Reino Unido, ni de Francia, ni de Alemania nunca expresaron la más mínima crítica al respecto. Es por ello, porque, en combinación con el financiamiento masivo del régimen kievita y los infinitos flujos de armamentos enviados por el llamado Occidente colectivo, los Estados occidentales se convierten en cómplices de las actividades criminales del régimen kievita.

Sin embargo, a pesar de ello y a la terrible y sangrienta lluvia de dinero y armas que es vertida sobre Kiev de manera incesante, el grupo delictivo de Zelenski no logra el resultado deseado. Las FF.AA. ucranianas, de acuerdo con el mencionado ya Kirill Budánov, “se enfrentan a problemas que tienden a agravarse”. Y así será en el futuro. Hablando claro y directo, las FF.AA. están teniendo fracaso tras fracaso y acercándose a su inevitable derrota. Ello no puede menos de preocupar a Occidente que por todos los medios intenta evitar la Victoria de Rusia. Al agotarse estos medios, se recurre al terrorismo y no dejamos de llamar con regularidad la atención a esta circunstancia. Es evidente que el régimen kievita utiliza los métodos terroristas de manera habitual y cuenta con unas extensas experiencias de organización de atentados.

El pasado 16 de julio, en Ucrania expiró el plazo de renovación obligada por los ciudadanos en edad movilizable de sus datos personales. Introducía el mismo la tristemente famosa Ley sobre la introducción de unos requisitos de movilización más severos. De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Ucrania, lo hicieron unos 4.7 millones de personas, unas 75.000 personas lo hicieron en el extranjero. Es decir, 1 de cada 10 ucranianos en edad movilizable. Entre los líderes del proceso están los refugiados ucranianos que se encuentran en Alemania, Polonia, República Checa y Canadá. Los datos del pasado mes de abril indican que en los países de la UE estaban registrados unos 800.000 ciudadanos de Ucrania.

Se planea llamar a filas a unas 300 mil personas, pero hay un largo camino por recorrer para alcanzar estos índices. Los ciudadanos de Ucrania prefieren esconderse o hasta ser encarcelados que ir al frente. Es ilustrativo. En comparación con 2022, el número de emboscados en Ucrania casi se triplicó, alcanzando 417 mil personas. En Ucrania occidental se registra la mayor cantidad de elusiones del servicio militar, y el líder absoluto es la provincia de Leópolis. Allí, en 2023 y en la primera mitad de 2024, había 85.500 casos cuando se declararon en búsqueda los hombres fugitivos o los que se esconden de los comisarios militares. En Leópolis está en acción una red de canales de Telegram con aproximadamente 150 mil usuarios, es decir, casi una quinta parte de los ciudadanos, que informan con antelación a los pobladores sobre las redadas de movilización. ¿Es lo que se denomina democracia a la ucraniana? ¿Es el “Estado ucraniano recién advenido a la democracia”, según Occidente, que se embarcó en el camino “correcto” y es un Estado soberano, independiente y orientado hacia la nación?

En Ucrania, aumenta el número de casos penales relacionados con deserciones y abandono no autorizado de unidades militares. En los primeros 6 meses de 2024, en Ucrania se incoaron casi 30 mil causas de este tipo. Según los datos de las fuerzas del orden ucranianas, a partir de 2022 los procedimientos penales de este tipo han totalizado 63.200 casos. Como informan los medios alemanes, en particular, Deutsche Welle, en realidad, estos números podrían ser 3 o 4 veces mayor.

Conforme a los mensajes en las redes sociales ucranianas, son movilizados los hombres de entre 20 y 25 años, aunque la ley sobre el agravamiento de la movilización no prevé dicha norma. Se han intensificado las conversaciones sobre la reducción de la edad de reclutamiento a 18 años en 2025. Cada vez que son discutidos tales planes, los activistas de Bánkovaya los refutan. Desde su óptica, siempre lo hacen convincentemente, dan la palabra y promesas. Luego, pasan las cosas contrarias. No se duda que esta vez sucederá lo mismo y la edad de reclutamiento bajará. No creo que 18 años sea el límite. Echó leña al fuego el ex representante permanente de EEUU ante la OTAN, Ivo Daalder. El pasado 14 de julio, en la entrevista para Euronews, declaró que era necesario que Kiev aprovechara los recursos humanos a su disposición y reclutara a los ciudadanos de entre 18 y 20 años. Cabe reiterar quién lo dijo. Esta declaración fue pronunciada por el representante de EEUU ante la OTAN. En la entidad que discurre planes agresivos antirrusos y usa Kiev con estos fines. Quién sino el representante permanente estadounidense debería entender, saber y ver con claridad qué Washington exigirá al régimen kievita para poner en práctica sus designios delictivos.

Tampoco causan sorpresa los planes anunciados por Zelenski dirigidos a reforzar el control sobre el paradero y los desplazamientos por el país de personas de entre 16 y 60 años. En total, los fondos que los fugitivos gastaron en abandonar Ucrania ya superaron los 6 millones de euros previstos por los países occidentales y asignados para el proyecto extrapresupuestario “Prevención y reacción a la trata de personas ante la crisis humanitaria relacionada con la guerra en Ucrania”.

De acuerdo con las fuerzas del orden ucranianas, no menos de 200 personas se esfuerzan por cruzar la frontera ilegalmente (y es casi imposible hacerlo legalmente) a diario. Es decir, totalizan casi 6 mil personas al mes. Según varias estimaciones oficiosas, este índice podría corresponder a 20 mil personas. Esto pone de relieve el caos absoluto que reina en Ucrania. Manifiesta la falta de Derecho, legitimidad, legalidad en las acciones de las autoridades. Esto revela que los ciudadanos de Ucrania no creen en el “futuro brillante” prometido por Zelenski y Occidente que debería ser facilitado a expensas de las vidas de los ciudadanos ucranianos. Esto es lo que sucede allí. Me paree que Occidente no debería tener vergüenza. Que tipifique los procesos en Ucrania como “democracia liberal” para que todos aquellos a los que será propuesta o impuesta en el futuro sepan qué les espera en realidad.

Continuando el tema de la movilización en Ucrania, me gustaría subrayar una tendencia curiosa vinculada con el reclutamiento de los ucranianos con una segunda ciudadanía. Las FF.AA. sufren tal escasez de personal que los funcionarios de Bánkovaya quieren reclutar a los ucranianos que tienen una segunda ciudadanía o el permiso de residencia en otros países. Ni siquiera me encantaría conectar en una cadena lógica las acciones de las autoridades kievitas que negaron a sus propios ciudadanos la posibilidad de tener pasaporte ruso, sin importar que fueron vinculados mediante lazos familiares o la historia. Hubo que elegir entre el pasaporte ucraniano y la ciudadanía rusa. Es imposible comprender lo que está ocurriendo hoy ni en términos lógicos ni jurídicos. Todo se ha mezclado en las mentes de los ucranianos: tienen pasaportes de Ucrania y otros países, incluidos los occidentales. Por alguna razón, esto no le provoca ningunas preguntas a nadie. Reina la anarquía jurídica absoluta. Kiev está abordando con varios países europeos (Polonia, Estados bálticos y escandinavos), por ahora, sin éxito alguno, la idea de sacar a los ciudadanos de Ucrania que se encuentran en sus territorios.

Los países comunitarios hablan con mayor frecuencia sobre el deseo de ayudar a Kiev no solo con armamentos. Puesto que alguien debería tenerlos en las manos, quieren respaldarla reclutando al personal. Aunque Europa occidental no ha empezado todavía a deportar a los ucranianos en masas, a los refugiados se les propone que entren en diversas unidades “de voluntarios” para combatir en las hostilidades. Aparte de esto, ustedes ven cómo diversos Estados comunitarios van anunciando que se les acaba asistencia, dinero, subvenciones y otros privilegios para los “refugiados” de Ucrania. ¿Para qué lo hacen? Para que estos hombres regresen a Ucrania donde los recibirán las comisarías militares ucranianas y los enviarán inmediatamente en tránsito a través del frente a la tumba.

El pasado 11 de julio, el Primer Ministro de Baviera, Markus Söder, en la entrevista con el periódico Munchner Merkur, dijo que las autoridades regionales pueden enviar a los hombres ucranianos de edad de reclutamiento a la patria, si Ucrania les dirige la petición correspondiente. No lo entenderá ni oirá solo la persona que no quiere encarar la realidad. Es una cosa real.

No es un misterio que, desde hace mucho tiempo, los servicios secretos alemanes alientan enérgicamente a los refugiados a entrar en el Cuerpo de Voluntarios alemán formando parte de la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania. Son atraídos con la posibilidad de obtener la ciudadanía alemana de forma simplificada, pero solo después de que se acaben las hostilidades. Quién perdure, quién sobreviva probablemente podrá hacerse el ciudadano de la RFA. Puedo decir que los occidentales han dado millones, decenas de millones de tales promesas. Si quieren saber en qué terminan, miren Afganistán. Ni siquiera se les dejó subir al avión a los ciudadanos propios, los asistentes reclutados, las personas que confiaron voluntariamente en EEUU, las que trabajaron en beneficio de Washington en el territorio afgano. Estas personas se agarraron a los chasis, muriendo en pleno vuelo. Esto sucede cada vez. Por otro lado, para no repetir errores, cabe saber la historia. Cuando la historia es “cancelada”, entonces, habrá que cometer los mismos errores.

Cabe analizar con el mismo espíritu el acuerdo sobre la cooperación en la seguridad firmado por Zelenski y Varsovia el pasado 8 de julio. Entre otras cosas, el documento estipula que “los ciudadanos de Ucrania que residen temporalmente en Polonia y otros Estados tienen la posibilidad de participar en la instrucción del personal de las fuerzas de seguridad y defensa de Ucrania en el territorio de Polonia”. A tal efecto se intenta utilizar la brigada lituana-polaca-ucraniana acuartelada en Lublin que fue establecida en 2014. Sobre la basa de dicha brigada se planea formar una “legión ucraniana”. El pasado 11 de julio, el Ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, comunicó que varios miles de personas presuntamente ya habían solicitado el ingreso en la legión.

Varsovia no oculta que está determinada a estimular a los ciudadanos de Ucrania a regresar a casa para servir en las FF.AA. No es un “estimulo” para que sirvan en las FF.AA., sino para que se despidan voluntariamente de su vida. Es ilustrativo que, a principios de julio pasado, los dirigentes polacos redujeran las subvenciones para los refugiados ucranianos y endurecieran el procedimiento de entrada en el país. De esta “democracia liberal” se oyen palabritas mansas, pero, en el ánimo, se reserva una segunda intención.

Se observan sentimientos semejantes en los países bálticos. El pasado 15 de julio, las autoridades de Lituania anunciaron que, por petición de Ucrania, intentan cesar de educar gratis a los estudiantes ucranianos en sus universidades. ¿Qué les parecen las vicisitudes del liberalismo?

Hay buenas razones para pensar que la determinación de Occidente de luchar hasta el último ucraniano pronto se convertirá en deportaciones flagrantes de los refugiados ucranianos al frente.

El 11 de julio se cumplieron 81 años del “domingo sangriento” que fue el apogeo de los trágicos acontecimientos conocidos en la historia como la Masacre de Volinia. Aquel día, en 1943, los destacamentos de asesinos del Ejército Insurgente Ucraniano atacaron unas 100 aldeas polacas, asesinando brutalmente a unos 8.000 civiles, sobre todo, mujeres, niños y ancianos. Según los datos de archivo desclasificados por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia hace dos años, entre 1943 y 1945 los cómplices ucranianos de los nazis aniquilaron a varias decenas de miles de polacos, judíos, ucranianos, rusos, bielorrusos y personas de otras nacionalidades que habitaron en los territorios de Volinia, Polesia, Galicia de los Cárpatos y otras áreas en el oeste de Ucrania, Bielorrusia y Polonia oriental.

En Polonia califican como un genocidio la Masacre de Volinia, pero al mismo tiempo ayudan en un frenesí rusófobo al régimen neonazi de Kiev que glorifica públicamente a Stepán Bandera y otros secuaces de Hitler. ¿Qué lógica hay? ¿O existe la única lógica previendo que, desde la óptica de Occidente, todo lo dirigido contra Rusia es bueno? Es evidente el doble rasero y un interés cínico.

Este hecho es probado por el acuerdo sobre la cooperación en la seguridad entre Polonia y Ucrania que se firmó el pasado 8 de julio. La quinta sección del papel prevé la necesidad de alcanzar la “reconciliación en cuestiones controvertidas que se derivan de la historia complicada de ambos Estados”. Entre otras cosas, se trata del “fomento de herramientas comunes para realizar estudios históricos, así como guías para los planes de estudios a aplicar en los manuales escolares de historia de las relaciones entre los dos Estados y pueblos, en particular, sobre la base de la hermandad ucraniana-polaca en la guerra de 1920 contra la Rusia bolchevique”. Resulta que, en aquel entonces, no había bolcheviques, comunistas ni funcionó el Partido Comunista en el territorio ucraniano.  No había representantes de Ucrania en los órganos centrales bolcheviques ni las estructuras educativas del Partido. No había nada. Por otra parte, últimamente han escrito todo tipo de cosas relativas a la historia.

Apenas es posible imaginar que Polonia esté lista para hacer caso omiso de la tragedia en Volinia y que Kiev consienta con Varsovia y reconozca las atrocidades cometidas por los seguidores de Bandera como genocidio de los polacos. En su tiempo, Rusia y Polinia organizaron una comisión semejante. La diferencia reside en que, en nuestra opinión, la reconciliación entre las partes, países, naciones, Estados o pueblos no significa que sea revisada la historia. Nosotros creemos que esto significa saber la historia para no repetir los errores. Lo que vemos hoy en el trabajo de la comisión histórica polaca-ucraniana indica lo contrario. Vemos que es prioridad revisar y tergiversar la historia. Como ya he dicho, esto resultará en que sean cometidos los mismos errores sangrientos. Conforme a la disposición que está igualmente prevista por el acuerdo, Ucrania aspira a que Polonia le ayude a recuperar la economía, principalmente en la industria militar, para solucionar el notorio problema que es recobrar el control sobre el territorio ucraniano dentro de las fronteras de 1991. A cambio, a los polacos se les ofrece acceder libremente al mercado ucraniano, exenciones comerciales y otros privilegios. Por su parte, Varsovia se aprovecha manifiestamente del estado del régimen kievita, y traza planes de conquista para apoderarse en la primera oportunidad de “sus tierras históricas” que, según opinan muchos activistas varsovianos, se tornaron parte de Ucrania por pura casualidad.

Además, está igual que claro que el régimen de Zelenski, en concertar los acuerdos de esta índole con los países occidentales, busca beneficios inmediatos salvando a sí mismo. Para mantener el poder. Al parecer, para cumplir este objetivo, los funcionarios de Bánkovaya no se detendrán ante nada. A Zelenski le dan igual Ucrania y el futuro del pueblo ucraniano. Quisiera hacer una pregunta. ¿Por qué Vladímir Zelenski odia tanto a los ucranianos?

Los hechos enumerados vuelven a probar la relevancia de los objetivos de la operación militar especial que son desnazificar y desmilitarizar Ucrania, así como erradicar las amenazas provenientes desde su territorio. Según ha declarado repetidamente la dirigencia rusa, todos los objetivos serán alcanzados sin falta.

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